Celia Arcos
Madrid, 20 ene (.).- La subida de los precios, tanto en los propios alimentos como en los costes de producción, ha provocado que el gran consumo esté desplazando la innovación en los productos a la búsqueda de formas de "producir nuevos alimentos de forma más económica".
Así lo ha señalado en una entrevista a EFE el responsable del Observatorio de Innovación en Gran Consumo del Instituto Cerdà, Jordi Sales, quien ha sostenido que las empresas están "racionalizando" sus catálogos con el objetivo de ver qué productos tienen "mayor rentabilidad".
El Institut Cerdà es una fundación privada independiente dedicada a dar asesoramiento a los agentes y organizaciones públicas y privadas del sector; además, desde hace siete años organiza el Observatorio de Innovación de Gran Consumo (OIGC).
Según los datos del instituto, dos de cada cinco innovaciones identificadas corresponden a iniciativas localizadas en los procesos en todo el sector (el 43 %), situándose por delante de las innovaciones en el producto (32 %) y el servicio (25 %).
"El consumidor se está refugiando en productos básicos", ha explicado Sales, a la vez que ha precisado que la escala de prioridades de estos se ha "invertido", pues el precio ha pasado a ser un factor "mucho más relevante" que otros aspectos como la sostenibilidad que, años atrás, era más importante.
En general, el coste de los alimentos se mantiene elevado; los datos muestran que, además del aceite de oliva, superaron los dos dígitos los aumentos anuales de precio registrados en las legumbres y hortalizas frescas, las frutas frescas o refrigeradas y las patatas.
La innovación se traslada a los procesos
Y en este contexto de inflación, en el que la innovación de producto se ha "resentido" debido a los precios, la pregunta que se hace la industria es cómo puede producir de forma "más económica", ha relatado Sales.
Para esta cuestión han encontrado la respuesta en factores como la sustitución de ingredientes que tienen problemas de suministro: "El producto es el mismo, pero la forma de producirlo está cambiando", ha precisado.
Además, para Sales, la digitalización tiene un papel "esencial" en estas circunstancias de incremento de precios, pues es una de las "principales vías" que se está empleando para hacer frente a la subida de los costes de producción y para mejorar la satisfacción del consumidor.
En este sentido, el ámbito digital ayuda tanto a incrementar la eficiencia del sector como a ofrecer un mejor servicio y "comprender mejor" las necesidades y deseos del consumidor.
A vueltas con la marca blanca
El sector se encuentra en "plena transformación", ha recalcado el portavoz de innovación del Institut Cerdà para hablar de la evolución que está teniendo la innovación en los productos de marca de fabricante y de distribuidor.
"Venimos de unos años en los que había un equilibrio entre ambas", incluso en los que la marca de fabricante "ha ido ganando terreno"; sin embargo, la inflación ha invertido esta dinámica a una velocidad "nunca vista", ya que las empresas tienen "menos margen" para innovar y se han focalizado en "dar respuesta" a los costes, ha abundado.
¿Qué tipo de empresas está innovando?
La entidad ha identificado cambios en la tipología y en el organigrama de la innovación, con una mayor presencia de las administraciones públicas y de las pequeñas y medianas empresas.
En esta séptima edición del Observatorio, han analizado una muestra de 350 proyectos, lo que supone un 17 % más que en 2022 y un incremento del 75 % si se compara con la primera edición, en la que hubo 200 iniciativas.
Según Sales, un factor que ha favorecido este aumento es el incremento de proyectos de innovación basados en la colaboración de empresas, desde ONGs hasta entidades públicas; los datos apuntan a que en 2023 las iniciativas colaborativas han representado un 56 % de los proyectos analizados, frente al 51 % de 2022.
Los motores de innovación
Del análisis de todos los proyectos presentados, Sales ha extraído los cuatro principales motores que están impulsado la innovación en todas los eslabones de la cadena agroalimentaria.
En primer lugar sitúa la segmentación del consumidor y pone como ejemplo la diversidad de productos que se pueden encontrar elaborados para un público muy concreto; como los deportistas, con alimentos bajos en grasa y con más proteínas, los veganos y las personas mayores, con productos adecuados a sus necesidades nutricionales.
Le sigue la eficiencia, con las empresas enfocadas en el ahorro de recursos como el agua, la energía y los recursos humanos, y la sostenibilidad, factor que busca dar respuesta a las "exigencias" del consumidor y de los propios compromisos del sector.
En cuarto lugar coloca la cohesión social y territorial, pues las entidades están innovando en cuestiones sociales, como nuevas formas de ayuda a través de proyectos de aporten más vitalidad al medio rural y reduzcan los desequilibrios con las zonas urbanas.