El lunes, Boyd Gaming Corporation (NYSE:BYD) sufrió un cambio en la calificación de sus acciones, ya que Susquehanna cambió su opinión de Positiva a Neutral. Junto con esta rebaja, la firma también ajustó el precio objetivo de las acciones de Boyd Gaming a 75 dólares desde los 84 dólares anteriores. Esta decisión refleja las expectativas de los analistas sobre los retos de ingresos a los que puede enfrentarse la compañía en 2024, especialmente en su segmento más lucrativo, Las Vegas Locals.
El analista citó múltiples factores que contribuyen a la rebaja, entre ellos los descensos previstos de los ingresos regionales en el primer trimestre de 2024, las contribuciones insuficientes del segmento Downtown y las escasas perspectivas de las iniciativas digitales B2C de la empresa. Además, existe la preocupación de que la tasa de acceso al mercado de Boyd Gaming con FanDuel pueda renegociarse a una tasa inferior antes de 2028.
A pesar de estos vientos en contra, Susquehanna reconoció las fuertes medidas de control de costes de Boyd Gaming, que se han mantenido en aproximadamente 460 millones de dólares en gastos operativos terrestres por trimestre. La firma sugiere que, si bien es probable que la gestión de costes de Boyd Gaming continúe a un nivel excepcional, la acción puede encontrar un límite en el crecimiento del valor si los principales impulsores de la empresa se centran en equilibrar el control de costes con la disminución de los ingresos y la rentabilidad del capital.
La rebaja refleja una postura prudente sobre las perspectivas a corto plazo de la empresa, ya que el analista prevé que los retos en los segmentos clave de Boyd Gaming podrían lastrar sus resultados financieros. El nuevo precio objetivo de 75 dólares representa una recalibración de las expectativas a la luz de esta dinámica prevista del sector.
Boyd Gaming, con su diversificada cartera de propiedades de juego y hostelería, sigue siendo un actor importante en el sector. Sin embargo, la valoración actual de Susquehanna sugiere que los inversores podrían tener que moderar sus expectativas sobre el rendimiento de las acciones de la empresa ante las presiones sobre los ingresos que se perfilan.
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