Shanghái (China), 26 jun (EFE).- El primer fondo de inversiones inmobiliarias de China, creado por uno de los gigantes del sector en el país, la promotora privada China Vanke, en alianza con la gestora de fondos local Penghua, empezó a cotizar hoy en la Bolsa de Shenzhen (la segunda del país, en la provincia de Cantón, sureste).
Sus impulsores, que recibieron para ello el visto bueno de la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) a principios de junio, esperan reunir hasta 3.000 millones de yuanes con la operación, que está abierta también a los inversores individuales (431 millones de euros, 482 millones de dólares).
Se trata del primer fondo de este tipo y con esta estructura (REIT, por sus siglas en inglés), que hace posible la participación de inversores minoristas, ya que hasta ahora la CRMV sólo había dado luz verde a fondos inmobiliarios con acceso exclusivo para inversores institucionales.
Esto tiene especial importancia en China, donde las bolsas de Shanghái y Shenzhen son especialmente volátiles y sensibles a los rumores, dado que buena parte de sus transacciones diarias las llevan a cabo millones de inversores individuales no profesionales y con conocimientos de bolsa por lo general muy rudimentarios.
Aunque ya en 2010 varias municipalidades chinas, como Shanghái (este) y Tianjin (noreste) solicitaron al Banco Popular de China (central) y al Consejo de Estado (Ejecutivo) que se les permitiera ensayar mecanismos de este tipo, hasta la fecha sólo se habían aprobado esquemas similares aptos para inversión sólo institucional.
Sí hubo en los últimos años algunos proyectos inmobiliarios en China que fueron financiados mediante instrumentos de tipo REIT, con cabida también para la inversión minorista, pero no cotizaron en las bolsas chinas, sino en otros parqués cercanos, como los de Hong Kong o Singapur.
En el caso del fondo REIT creado por Vanke y Penghua, entre sus activos se encuentran los derechos de ingreso de los alquileres de un complejo de oficinas de Qianhai, la zona económica especial de Shenzhen.
El mal momento que sufre el mercado inmobiliario en China desde el año pasado está empujando a muchos desarrolladores a buscar formas alternativas de asegurarse la rentabilidad de sus inversiones en proyectos comerciales, ante el estrechamiento de sus márgenes de beneficios convencionales.