En un esfuerzo por solucionar el conflicto laboral actual en Boeing (NYSE:BA), la Secretaria de Trabajo interina de EE. UU., Julie Su, ha dado un paso al frente para reunirse con la empresa y la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales, que representa a cerca de 33.000 empleados en huelga. El Departamento de Trabajo ha confirmado que Su se encuentra hoy en Seattle para evaluar la situación e impulsar avances en el proceso de negociación. La huelga, que ya entra en su quinta semana, ha llevado a Boeing a anunciar importantes recortes de personal y cargos financieros.
Recientemente, Boeing ha revelado planes para eliminar 17.000 puestos de trabajo y registrar cargos por 5.000 millones de dólares. Esta semana se celebrarán reuniones internas para detallar la estrategia de reducción de personal, que podría incluir despidos forzosos. El gigante aeroespacial busca controlar los costes mientras retiene a trabajadores cualificados esenciales en un contexto de escasez de mano de obra tras la pandemia.
La presión financiera de la empresa se vio reflejada en una caída inicial del 3% en sus acciones tras el anuncio del viernes pasado fuera del horario bursátil. Este comunicado también incluyó el aplazamiento de las entregas del avión 777X hasta 2026, lo que supone un retraso de seis años, y el cese de la producción del avión de carga civil 767.
El presidente de Emirates Airline, Tim Clark, ha expresado una gran preocupación por los retrasos del 777X, señalando que la aerolínea mantendrá conversaciones serias con Boeing. Clark cuestionó la capacidad de la empresa para pronosticar fechas de entrega, teniendo en cuenta la huelga en curso y la suspensión de los hitos de pruebas de certificación.
Los desafíos de Boeing se ven agravados por la necesidad de mantener su calificación crediticia de grado de inversión, según ha advertido S&P. El sindicato ha criticado la decisión de detener la producción del avión de carga 767 y ha refutado las declaraciones de Boeing sobre las negociaciones laborales.
El resultado de las reuniones y negociaciones de esta semana podría ser crucial para Boeing, que depende en gran medida de su producción del 737 para generar ingresos. Tanto la dirección de la empresa como el sindicato de maquinistas están bajo presión para llegar a un acuerdo que ponga fin a la huelga y permita reanudar las operaciones.
Reuters contribuyó a este artículo.
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