Shanghái (China), 1 jun (.).- La gran mayoría de los 25 millones de habitantes de la metrópolis oriental china de Shanghái regresó hoy a sus calles, después de que las autoridades pusieran fin a más de dos meses de un estricto confinamiento impuesto para atajar su peor rebrote de la covid-19.
El final del encierro llegó con la medianoche de este miércoles y, tras el amanecer, las escenas de euforia dejaron paso a las de la tan añorada normalidad, con un tráfico rodado que comenzaba a recordar a la Shanghái de siempre, aunque todavía quedaban muchos comercios cerrados, y los que abrían están limitados al 75 % de su aforo.
Y como los restaurantes todavía no pueden albergar comensales, muchos optaban por pedir para llevar y organizar improvisados picnics en zonas verdes del centro.
Por el momento, gimnasios, museos o cines tampoco tienen autorización para abrir.
Los viandantes y oficinistas se volvieron a entremezclar en las calles con las legiones de repartidores que mantuvieron vivas las líneas de suministro estas semanas, entre los que muchos se vieron obligados a vivir en tiendas de campaña debido a que sus urbanizaciones no les permitían entrar y salir para trabajar.
Pese a una incontrolable euforia, en donde algunos shanghaineses celebraron su recuperada libertad de la manera más tradicional posible: lanzando fuegos artificiales, y otros botella de champán en mano, lanzándose a brindar con amigos y familiares a los que no veían desde finales de marzo, la ciudad más grande del mundo no ha recobrado totalmente la “normalidad” de la noche a la mañana.
Según informaron anoche los medios oficiales, en torno al 90 % de la población podrá salir a las calles “con condiciones”, mientras que el resto todavía deberá esperar, especialmente los cerca de 200.000 que viven en las pocas áreas donde todavía se registran nuevos contagios.
Además, llevar a cabo actividades rutinarias como tomar el transporte público o ir a comprar a un supermercado requerirá una prueba negativa de covid efectuada en las últimas 72 horas, una exigencia que se aplicará incluso a la hora de entrar o salir de las urbanizaciones.
Lo que seguro que ha supuesto un alivio para numerosos residentes es la retirada, anunciada por el Gobierno, del poder de decisión de los comités vecinales -los órganos que rigen las urbanizaciones- para poder salir o no de los complejos residenciales.
No obstante, esta cicatriz oculta que ha dejado este confinamiento también se está notando, según los datos oficiales, en los indicadores económicos, ya que la producción en las fábricas estuvo totalmente paralizada durante semanas, arrancando de nuevo a finales de abril para algunas empresas -por ejemplo, Tesla-, que debían alojar a sus trabajadores para aislarlos del exterior.
A partir de hoy, aunque algunas fábricas seguirán operando bajo ese sistema de “circuito cerrado”, ya no serán necesarios permisos especiales para retomar la producción en la ciudad, que ya ha anunciado un plan para “revitalizar” la economía.
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