Por David Stanway y Brenda Goh
SHANGHÁI, 29 mar (Reuters) - La ciudad más poblada de China reforzó el martes la primera fase de un confinamiento por COVID-19 en dos fases, pidiendo a algunos residentes que se queden en casa a menos que se hagan pruebas, mientras el número de nuevos casos diarios superaba los 4.400.
El centro financiero de Shanghái, con 26 millones de habitantes, se encuentra en un segundo día de confinamiento impuesto por las autoridades al dividir la ciudad aproximadamente a lo largo del río Huangpu, separando el centro histórico del distrito financiero e industrial oriental de Pudong para permitir la realización de pruebas escalonadas.
Aunque el número de casos de Shanghái sigue siendo moderado en comparación con el resto del mundo —un récord diario de 4.381 casos asintomáticos y 96 sintomáticos para el lunes—, la ciudad se ha convertido en un campo de pruebas para la estrategia china de "cero COVID" en su intento de controlar la variante ómicron, altamente infecciosa.
Los residentes al este del Huangpu fueron encerrados en sus complejos de viviendas el lunes, pero en gran medida se les permitió la movilidad en su interior. El martes, sin embargo, tres residentes dijeron a Reuters que los comités de vecinos les habían dicho que ya no podían salir de sus casas.
Wu Qianyu, funcionaria de la comisión municipal de salud, dijo en una sesión informativa que se había hecho una "clara petición" a los residentes para que no salieran de sus apartamentos, ni siquiera para sacar a las mascotas de paseo o tirar la basura, durante "una etapa clave de las pruebas de ácido nucleico".
Wu Qianyu dijo que el lunes se realizaron 8,26 millones de pruebas por parte de hasta 17.000 personas en los distritos cerrados de la ciudad.
"El gran número de personal médico, responsables de base, trabajadores comunitarios y voluntarios compartieron el durísimo trabajo en la primera línea de la prevención y el control de la epidemia, y deben ser agradecidos", dijo Wu.
Había crecientes muestras de frustración en las redes sociales chinas y decenas de residentes acudieron a la plataforma Weibo para buscar ayuda para sus familiares, y algunos tenían dificultades para acceder a los servicios médicos.
Aunque China mantiene su plan para aplastar el brote, los expertos en el extranjero siguen siendo escépticos sobre la eficacia de los confinamientos ante una nueva variante altamente infecciosa.
"Está claro, tanto en Australia como en el resto del mundo, que las medidas de confinamiento no son eficaces contra ómicron, así que es de esperar que se produzca una gran oleada", afirmó Adrian Esterman, experto en bioestadística de la Universidad del Sur de Australia.
(Reporte de Brenda Goh, Samuel Shen, Winni Zhou, Engen Tham, Eduardo Baptista, David Stanway y las redacciones de Shanghai y Pekín; edición de Kenneth Maxwell, Robert Birsel, traducido por Tomás Cobos)