Santiago de Chile, 16 sep (.).- La siderúrgica chilena Huachipato, la principal del país, apagó este lunes su alto horno, dando comienzo así al proceso de cierre definitivo que culminará a finales de octubre.
Este lunes también se concretará el cierre de la acería y la colada continua, dos fases clave en la producción.
“Hay resignación por parte de los compañeros, tristeza porque Huachipato entregó empleos de calidad. Pero al menos estamos un poco más tranquilos porque se logró un acuerdo para los bonos de salida”, dijo a la prensa local Fernando Orellana, presidente del Sindicato 2 de trabajadores.
A principios de agosto, la empresa controlada por el grupo CAP anunció de manera sorpresiva el fin de sus operaciones debido a la grave crisis financiera que atraviesa desde hace años y acusó a China de competencia desleal.
El anuncio se produjo solo cuatro meses después de que el Gobierno del progresista Gabriel Boric implementó medidas "antidumping", como aranceles a la importación de barras y bolas de acero de origen chino, del 33,5 % y el 24,9 %, respectivamente.
"El comportamiento del mercado ha hecho imposible corregir los desequilibrios y traspasar a precio dichos aranceles", dijo entonces la compañía, ubicada en Talcahuano, a más de 500 kilómetros al sur de la capital.
Con más de 70 años de historia, el cierre de Huachipato generará un considerable impacto económico en la región del Biobío, ya que emplea a más de 20.000 personas de manera directa e indirecta en la zona.
La posibilidad de reabrir la planta dentro de unos años, de la mano de proyectos vinculados al "acero verde", es una esperanza para muchos jóvenes trabajadores que se prepararon profesionalmente para trabajar en la compañía hasta su jubilación.
En las últimas dos décadas, China ha pasado de ser un gran importador de acero a uno de los principales productores, al pasar de producir el 15 % del acero del mundo en 2000 al 54 % en 2023, según Alacero, patronal que reúne a las grandes siderúrgicas latinoamericanas.
La Unión Europea (UE) y más de medio centenar de países, como Estados Unidos, México, Canadá, Brasil e India, han aplicado medidas antidumping en los últimos años para equilibrar las distorsiones provocadas en los mercados locales por el acero chino.