Dublín, 16 abr (EFE).- Los principales sindicatos irlandeses del sector público rechazaron hoy el marco salarial propuesto el pasado febrero por el Gobierno de Dublín, que prevé un ahorro de 1.000 millones de euros hasta 2016 a través de la imposición de congelaciones y reducciones de hasta el 10 % de los emolumentos.
El sindicato mayoritario Siptu, que representa a más de 63.000 funcionarios, rechazó el acuerdo con un 53,7 % de votos, mientras que otras organizaciones sindicales, como las de educadores o personal sanitario, hicieron lo mismo.
El nuevo marco salarial queda por tanto en el aire, a la espera de lo que decida el primer ministro irlandés, el conservador Enda Kenny, quien aseguró hoy ante el Parlamento nacional que su Ejecutivo tiene ahora que "considerar cuidadosamente" los siguientes pasos.
Para el secretario general de Siptu, Jack O'Connor la decisión tomada hoy en votación por su organización refleja "el profundo y bien justificado" malestar que siente la "clase trabajadora en todo el país y los funcionarios en particular".
"Sienten que están cargando con todo el peso del ajuste de la crisis, mientras que los ricos no están contribuyendo ni de lejos de acuerdo con sus posibilidades", dijo el sindicalista.
Aunque el Ejecutivo de coalición entre conservadores y laboristas advirtió el pasado febrero de que seguiría adelante con sus planes, independientemente de la posición de los sindicatos, el ministro de Reforma y Gasto Público, Brendan Howlin, no se pronunció hoy al respecto.
El laborista Howlin se declaró "decepcionado" por el hecho de que el nuevo marco salarial no tenga el apoyo de los trabajadores, pero insistió en que es "justo y equilibrado".
"No tiene precedentes pedir a los funcionarios que acepten un acuerdo que afecta negativamente a sus salarios y condiciones. Pero dadas las circunstancias económicas en las que nos encontramos, creo que las propuestas son justas y equilibradas", dijo el ministro.
Además de las reducciones y congelaciones, el plan trienal, que debería entrar en vigor el próximo 1 de julio, también obligará a los trabajadores del sector público a aumentar su jornada laboral, al tiempo que se reducirán las pagas adicionales por horas extraordinarias y el trabajo en domingos y festivos.
Según el nuevo plan, el Ejecutivo congelará durante tres años todos los salarios que superen los 65.000 euros anuales, después de reducirlos de "manera escalonada".
Así, para los salarios que oscilen entre los 65.000 y 80.000 euros anuales, la rebaja será del 5,5 por ciento, mientras que para los que se sitúen entre los 80.000 y 150.000 euros anuales será del 8 por ciento.
Entre los 150.000 y los 185.000 euros anuales el recorte será del 9 por ciento y para los funcionarios que superen esa última cifra la rebaja será del 10 por ciento.
A los trabajadores que no superen los 35.000 euros anuales se les congelará su salario una sola vez durante tres meses hasta 2016, mientras que a aquellos que ganen entre 35.000 y 65.000 euros se les congelará dos veces durante tres meses.
El Gobierno irlandés también obligará a los funcionarios que trabajen menos de 35 horas semanales a cumplir un mínimo de 37 horas, al tiempo que los empleados que trabajen entre 35 y 38 horas deberán ahora cubrir 39 horas semanales.
La reducción de los salarios del funcionariado irlandés era una de las demandas efectuadas por la troika de inspectores que supervisan la marcha del rescate solicitado por este país en 2010 a la Unión Europea y el FMI, cuantificado en 85.000 millones de euros. EFE