Lisboa, 16 abr (EFE).- El silencio que mantiene el Ejecutivo de Portugal sobre las medidas de austeridad que discute con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) levantó hoy críticas de sindicatos y patronal, que se quejan de haber quedado al margen.
Tras concluir una reunión entre el Ejecutivo conservador y los agentes sociales sobre políticas para reactivar el empleo, los representantes de trabajadores y empresarios lamentaron la falta de información sobre los nuevos ajustes que prepara el primer ministro Pedro Passos Coelho.
El secretario de Estado de Empleo, Pedro Roque, justificó en declaraciones a los periodistas esa actitud debido a que el país se encuentra bajo la supervisión financiera de la UE y el FMI desde que en mayo de 2011 le concedieran un rescate de 78.000 millones de euros.
"En este contexto hay una negociación previa con los organismos internacionales, como no podía ser de otra manera. En una fase posterior, los temas serán debatidos en concertación social", defendió Roque.
El Gobierno luso anunció hace diez días, sin dar detalles, que aplicará recortes en educación, sanidad, Seguridad Social y empresas públicas como reacción al fallo del Tribunal Constitucional, que anuló reducciones de salarios, pensiones y subsidios de enfermedad y desempleo por valor de 1.300 millones de euros.
Roque precisó que las conversaciones siguen abiertas con los técnicos de la UE y el FMI, que llegaron ayer lunes a Lisboa para estudiar las nuevas medidas del Ejecutivo y cuyo visto bueno es imprescindible para que Portugal reciba un nuevo tramo de la ayuda financiera.
El líder del principal sindicato del país, Arménio Carlos, censuró que el Gobierno no facilite detalles sobre qué ajustes están encima de la mesa y subrayó el efecto negativo de aplicar más austeridad en el país.
"El Ejecutivo continúa por la ruta del desastre, es un escándalo lo que está haciendo, no aceptó la decisión del Constitucional e insiste ahora en recortar a quienes menos tienen", declaró el secretario general de la CGTP, de orientación comunista.
En esta misma línea se expresó el máximo responsable del sindicato UGT -de tendencia socialista-, Joao Proença, quien lamentó que el gabinete de Passos Coelho "no diga nada ni a los agentes sociales ni al país".
"Está destruyendo la concertación", advirtió Proença en referencia al apoyo puntual dado por UGT a varias medidas gubernamentales, entre ellas la reforma laboral.
Por su parte, el representante de la Confederación de Comercio Portuguesa (CCP), Joao Vieira Lopes, calificó el encuentro con los miembros del Ejecutivo de "vacío de contenido" y "poco interesante" y consideró que menoscaba la importancia de las reuniones con patronal y sindicatos.
En las siete evaluaciones que han realizado ya al país, las delegaciones de la troika, como se conoce al FMI, la Comisión y el Banco Central Europeo, se han reunido varias veces con empresarios, sindicatos y partidos políticos.
Pero esta vez solo se ha confirmado que los acreedores de Portugal se reúnen mañana miércoles con el principal partido de la oposición el Socialista (PS).
Fue un Gobierno de este partido, que administró Portugal entre 2005 y 2011, el que solicitó el rescate financiero de Portugal, aunque ahora considera que la política de austeridad de los conservadores ha sido demasiado dura y pide la renegociación de las condiciones de la ayuda externa.
Según un portavoz del Ministerio de Finanzas luso consultado por EFE, tampoco se sabe oficialmente cuándo acabará esta visita de los técnicos de la UE y el FMI a Lisboa.
Su anterior visita, en marzo, no duró dos semanas como es habitual y los técnicos de los dos organismos pasaron más de un mes en la capital lusa, con el argumento de la "complejidad" de los asuntos a tratar.
Entonces la troika concedió a Portugal un año más para ejecutar una reforma del Estado y cumplir sus objetivos de déficit de 2013, debido sobre todo al agravamiento de la recesión y el desempleo en el país, significativamente peores de lo esperado. EFE