Torrelavega (Cantabria), 11 dic (.).- La empresa Solvay (BR:SOLB) ha cerrado hoy la planta de producción de cloro de Cantabria basada en la tecnología de mercurio, cumpliendo las exigencias medioambientales de la Unión Europea (UE), y comenzando el proceso de transferencia de las instalaciones a la portuguesa CUF que culminará en el primer trimestre de 2018.
El cierre viene impuesto por la necesidad de cambiar la producción de cloro y derivados a un proceso basado en células de membrana, que es la mejor tecnología disponible para fabricar esos productos, lo que requerirá una inversión de 55 millones de euros por parte de Altamira Electroquímica del Cantábrico, filial de CUF.
De forma paralela, la dirección de Solvay se ha comprometido con el comité de empresa a elaborar un plan industrial de futuro que defina cuáles serán las producciones del complejo de Barreda (Cantabria), qué inversiones se van a ejecutar y qué mejoras medioambientales se pretenden acometer para reducir emisiones y mejorar la eficiencia.
El portavoz de la sección sindical de USO, Pepe Vía, ha asegurado a Efe que este plan industrial será presentado por la empresa el próximo 21 de diciembre, en una nueva reunión negociadora del plan social que deberá aclarar el futuro de los 52 trabajadores que deberán abandonar la plantilla debido al cierre de cloro.
Además, la dirección de Solvay se ha comprometido hoy con el comité a presentar una contraoferta a las dos propuestas elaboradas de forma independientes por los sindicatos UGT y CCOO y por USO, para cuantificar las condiciones económicas en las que deberán salir los 52 trabajadores afectados por el cierre de la planta.
Según Vía, USO defiende concretar primero el plan de futuro del complejo de Barreda y las inversiones que se pretenden ejecutar antes de fijar las condiciones económicas del ajuste de plantilla, un planteamiento diferente al de UGT y CCOO, que optan por definir antes las indemnizaciones de estos productores.
Y ha avanzado que USO es partidario de aplicar en este ajuste de plantilla modelos como los puestos en marcha en los últimos meses por el Banco Santander (MC:SAN) o Robert Bosch en sus respectivos recortes de plantilla.
Además, sostiene que la reestructuración y el ajuste de plantilla se deben negociar en el marco de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de carácter colectivo y no a través de despidos individuales como pretende la empresa.
Así, se aboga por salidas de plantilla con el 75 % del salario a los empleados que superen los 63 años y diversas primas en función de la antigüedad, de forma que la empresa complemente con diversas aportaciones hasta que el trabajador cumpla los 65 años.
A su vez, el presidente del comité de empresa, Roberto García Porras, ha asegurado tras la reunión de hoy con la dirección que "queda mucho por negociar", en alusión a que el cálculo de las indemnizaciones es el principal escollo en las conversaciones, un obstáculo que se espera poder despejar el próximo 21 de diciembre.
En este sentido, Vía ha destacado que la empresa anunció hoy que la contraoferta que se prevé presentar en la próxima reunión será "la de cierre de las negociaciones".
Solvay mantiene su intención de que el proceso de ajuste permita reducir la plantilla con todos los trabajadores que superen o cumplan 59 años durante el año 2018 y 2019, de forma que tras la reestructuración quedará fijada en 336 empleos directos, mediante despidos objetivos individuales de carácter forzoso.
1010513