Geoffrey Smith
Investing.com—Dice el viejo adagio que Rusia nunca es tan fuerte como parece ni tan débil como parece. Originalmente pretendía ser una advertencia a los políticos extranjeros, pero se aplica por igual a los inversores.
El índice ruso RTS, siempre fuertemente condicionado por los movimientos de los precios de la principal exportación del país, el petróleo crudo, ha descendido un 15% a la apertura de este martes. Y lo habría hecho el lunes, si no hubiera sido festivo.
Es un movimiento reflejo: la mayoría de los principales nombres del índice pertenecen al sector del petróleo y el gas y los que no están muy expuestos, aunque sea indirectamente, a este negocio. No es de extrañar ver que las tres empresas que peor actuación han ofrecido son todos productores de petróleo — Rosneft (MCX:ROSN), Lukoil (MCX:LKOH) y Tatneft (MCX:TATN) han bajado todos entre un 13,5% y un 16%: la caída de los precios del crudo implica flujos de efectivo más bajos— aunque el impacto no es tan grande como cabría esperar, ya que el Gobierno también grava menos en impuestos cuando los precios son bajos. Además, la propiedad estatal, generalmente un lastre para las valoraciones, actúa como apoyo en esos momentos, reduciendo el riesgo de eventos crediticios extremos.
Una preocupación aún mayor es posiblemente Gazprom (MCX:GAZP). El mayor productor de gas del mundo depende de las exportaciones a Europa y, desde el año pasado, de China por sus beneficios, pero la demanda europea ha disminuido debido al segundo invierno más cálido de su historia, y la demanda china de gas se ha desplomado en los primeros meses del año debido al coronavirus.
Gazprom no ha revelado la fórmula de precios para el gas que vende a través de un nuevo gasoducto al noreste de China, pero parece razonable suponer que si el país está rechazando los cargamentos de GNL, también estará utilizando cualquier flexibilidad en ese contrato para contraer el precio que paga al gigante ruso, dejando a Gazprom poco sobrante para atender las deudas que acumuló mientras construía el gasoducto. Este martes registra mínimos de 10 meses pero ya llevaba cayendo desde octubre.
Más preocupante aún para los inversores es la visión de todas las acciones centradas en el país desplomándose, derribadas por la fuerte caída de la divisa. El rublo alcanza este martes su punto más bajo desde marzo de 2016, cayendo hasta 72,79 frente al dólar. Las tres grandes cadenas de supermercados Magnit, Lenta y X5 han caído entre un 8,4% y un 11,5%.
La última vez que el rublo descendió así fue a finales de 2015 —casualmente la última vez que Arabia Saudí comenzó una guerra de precios del petróleo. Estas depreciaciones tienden a durar sólo hasta que los grandes exportadores de petróleo retoman el principio de la gestión de los precios del crudo. Sin embargo, a menudo vienen con efectos secundarios como los préstamos incobrables y un endurecimiento de la disponibilidad de crédito. Las próximas semanas indicarán cuánto ha mejorado la resiliencia de la economía por parte del banco central.
Mientras tanto, el mercado ruso sigue ofreciendo puntos fuertes: Norilsk Nickel, uno de los mayores productores mundiales de metales del grupo platino, seguirá disfrutando de precios elevadísimos para el paladio y precios sólidos para el níquel y el platino; Los mineros de oro Polyus y Polymetal podrían aspirar a máximos históricos para su producción, y los fabricantes de acero como NLMK y Severstal podrían tener la oportunidad de explotar cualquier interrupción del suministro a corto plazo de sus competidores chinos.
Como ocurre siempre con Rusia, es probable que el viaje sea accidentado —y nada aburrido.