Madrid, 12 feb (.).- Sumar discrepa de la nueva línea de avales para la compra de vivienda que tiene previsto aprobar este martes el Consejo de Ministros, porque considera que todas las ayudas a la compra se acaban trasladando a los precios.
"No nos gustan las ayudas para la compra de vivienda. Las ayudas públicas al ladrillo son una política fracasada que durante la burbuja sirvieron para inflarla aún más", han señalado a EFE fuentes del partido que dirige la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz.
Según avanzó este fin de semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un mitin en Vigo, el Consejo de Ministros autorizará mañana la creación de la nueva línea de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO), dotada con 2.500 millones de euros, para cubrir la entrada de una hipoteca (hasta el 20 % del principal del crédito) a jóvenes de hasta 35 años y familias con hijos menores a cargo.
Para los socialistas, que han fijado un límite de ingresos de 37.800 euros brutos al año (4,5 veces el IPREM) para recibir el aval -y del doble en el caso de que la vivienda sea adquirida por dos personas-, se trata de ayudar a aquellos jóvenes y familias con ingresos suficientes para hacer frente a la mensualidad de la hipoteca, pero que no tienen ahorros suficientes para pagar la entrada.
Su socio de gobierno, sin embargo, cree que "la intervención tiene que ser otra y multidimensional" y propone, a corto plazo, otro tipo de medidas, como la prohibición de comprar viviendas en las que no se va a vivir.
Esto eliminaría los inmuebles residenciales como activo para la inversión, del mismo modo que se ha hecho en Amsterdam, explican desde el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso.
Otras de las medidas que proponen adoptar a corto plazo para facilitar el acceso a una vivienda son las de prohibir los apartamentos turísticos en zonas tensionadas, reservar los beneficios fiscales a los alquileres iguales o inferiores a los precios de referencia que debe fijar el ministerio según la ley de vivienda y grabar la vivienda vacía en zonas tensionadas.
También, hacer obligatoria la portabilidad de hipotecas entre bancos y vincular el tipo de interés de las hipotecas a fijo a la deuda pública, topándolo a su vez con una tasa de usura, como ocurre en Francia.