Tokio, 5 ago (.).- El fabricante nipón de airbag Takata (T:7312) prevé volver a lograr beneficios en el ejercicio en curso, a pesar del coste creciente de las llamadas a revisión de millones de vehículos afectados por sus dispositivos defectuosos, según anunció hoy.
La empresa, inmersa en un escándalo de alcance global debido a sus airbag que pueden dañar a los pasajeros por sus fallos de fabricación, logró un beneficio neto de 2.071 millones de yenes (18,39 millones de euros) entre abril y junio, un 32 por ciento menos que el mismo período del año anterior.
En este primer trimestre del año fiscal nipón, la compañía obtuvo un beneficio operativo de 9.987 millones de yenes (88,7 millones de euros), un 3,4 por ciento menos, debido a los costes de las llamadas a revisión y a la devaluación del yen.
La empresa, que tiene aproximadamente un quinto de la cuota del mercado mundial de airbags, logró una facturación de 169.358 millones de yenes (1.504 millones de euros), un 6,6 por ciento menos.
Los costes derivados de las llamadas a revisión de vehículos afectados por sus airbag defectuosos en este período ascendieron a 3.500 millones de yenes (31 millones de euros), explicó la compañía en un comunicado.
Hasta finales de junio, las rellamadas han afectado a 45 millones de vehículos en Estados Unidos, 13 millones en Japón y 4 millones en Canadá, detalló la empresa con sede en Tokio.
A esto se suman otros 17 millones de automóviles comercializados en EE.UU y otros 5 millones en Japón que deberán pasar por los talleres próximamente, por decisión de las autoridades nacionales competentes.
Pese a los costes millonarios de estas reparaciones, la empresa mantuvo sin cambios su previsión de volver a registrar beneficios en el actual ejercicio, que concluye en marzo de 2017.
La empresa espera embolsarse un beneficio neto de unos 13.000 millones de yenes (unos 115 millones de euros) gracias a la fuerte demanda de nuevos vehículos en Asia y Estados Unidos.
Esto supondría su primer ejercicio en verde tras dos años en números rojos, en los que Takata perdió 29.560 millones de yenes (unos 262 millones de euros) y 13.000 millones de yenes (unos 115 millones de euros).
Los dispositivos defectuosos de Takata se han ligado con la muerte de al menos once personas en Estados Unidos y Malasia.
Los fallos detectados en la fabricación de estos infladores (el encapsulado metálico en el que se aloja el airbag) hacen que el dispositivo de seguridad pueda abrirse con demasiada fuerza y proyectar fragmentos a los ocupantes.