Tokio, 30 may (.).- La Bolsa de Tokio volvió a cerrar plana hoy en una jornada carente de incentivos y lastrada por la inquietud sobre el problema de la deuda de Grecia y sobre la apreciación del yen, una evolución que penaliza al músculo exportador nipón.
El índice referencial Nikkei cerró con un retroceso de 4,72 puntos, un 0,02 por ciento, y quedó en 19.677,85 enteros, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, ganó por su parte 2,46 puntos, un 0,16 por ciento, hasta las 1.572,67 unidades.
El parqué tokiota no mostró ninguna tendencia clara tras la apertura después de que en la víspera no operaran las plazas financieras de Nueva York, Londres, China, Hong Kong y Taiwán.
A lo largo de la jornada, el yen avanzó frente al dólar y sobre todo ante el euro debido a los problemas de Grecia para afrontar el pago de sus vencimientos de deuda por valor de casi 7.000 millones de euros en julio.
"Ante la falta de otras tendencias que marcaran el rumbo bursátil, el problema griego aceleró la venta de acciones", señaló el analista Shingo Ide, de NLI Research Institute, en declaraciones a la agencia Kyodo.
En el apartado positivo, las expectaciones sobre la posible compra masiva de activos por parte de fondos financiados por el Banco de Japón animaron a los inversores, según señalaron otros analistas.
Destacan las pérdidas de grandes exportadores como los fabricantes de vehículos Isuzu Motors (T:7202) (0,7 por ciento) y Yamaha Motor (T:7272) (0,6 por ciento), así como la tecnológica Toshiba (T:6502) (0,6 por ciento), debido al peso del yen.
En cambio, el conglomerado del mismo sector Panasonic (T:6752) avanzó un 1,4 por ciento tras anunciar que prevé incrementar su beneficio neto hasta 112.000 millones de yenes (905 millones de euros) en el ejercicio en curso, un 12 por ciento más que en 2016.
En la primera sección, 1.092 valores avanzaron frente a los 751 que retrocedieron, mientras que 173 cerraron el día sin cambios.
El volumen de negocio ascendió a 1,876 billones de yenes (15.157 millones de euros), tras los 1,792 billones de yenes (14.416 millones de euros) de la víspera.