Bruselas, 25 ene (EFE).- Los trabajadores del gigante siderúrgico ArcelorMittal han convocado para hoy concentraciones en Bruselas para protestar contra el anuncio del cierre de varias instalaciones en su planta en Lieja (este de Bélgica), mientras el Ejecutivo federal se reúne con el gobierno de Valonia y los sindicatos.
Casi medio millar de trabajadores viajarán hoy desde Flémalle (Lieja) hasta la capital belga para protestar ante la residencia Lambermont del primer ministro, Elio Di Rupo, informó hoy la agencia de noticias Belga.
Por su parte, Di Rupo informó en su cuenta en Twitter de que esta mañana mantendrá reuniones con representantes del gobierno de Valonia, la región más afectada por la pérdida de empleos que acarreará el cierre de instalaciones anunciado por ArcelorMittal.
En concreto, la región de Valonia ha insistido en que la mejor opción es encontrar un comprador privado que se haga cargo de las plantas que ArcelorMittal quiere cerrar.
Buena parte de los ministros ha estado reunido durante toda la mañana para tratar de coordinar la mejor respuesta política, así como valorar las distintas opciones.
El Ejecutivo belga debe ahora decidir si nacionaliza la fábrica, como reclaman los sindicatos o, por el contrario, confirma el cierre definitivo de la industria siderúrgica en Lieja para invertir en otras áreas de futuro.
Asimismo, el primer ministro belga dijo que se reunirá a lo largo de la mañana con los sindicatos, quienes ya han rechazado el plan de acción que incluye el cierre de siete de las doce líneas frías, y que podría suponer el despido de 1.300 empleados.
Los sindicatos señalaron que todas las plantas de producción permanecerán en huelga hasta el próximo lunes, día en el que tienen previsto celebrar reuniones generales.
Un día después de que la multinacional siderúrgica anunciara el cierre, el secretario general del frente común sindical de las organizaciones FGTB se mostró partidario de "requisar" las fábricas cerradas, ya que, a su juicio, se tiene que garantizar la actividad de las mismas para ser atractivos a posibles compradores.
El cierre afecta a una planta de coque -combustible sólido y ligero que se obtiene al calcinar ciertas clases de carbón mineral- y seis líneas de "finishing".
A pesar del anuncio, el grupo siderúrgico se comprometió ayer "a buscar una solución socialmente aceptable" para los trabajadores perjudicados por la decisión.
Las instalaciones de esa ciudad figuran entre las más antiguas de Bélgica, pues la producción siderúrgica comenzó allí en 1817 y fueron durante años un centro de riqueza para toda la región, del que hoy dependen unos 2.000 empleos.
Arcelor -y posteriormente ArcelorMittal tras la creación de la multinacional del acero- se hicieron cargo de la fábrica que vivió un relanzamiento durante algunos años, pero que ha visto como la caída de la demanda en los últimos tiempos terminaba por acarrear el fin de la actividad en los hornos. EFE