Bruselas, 24 ene (.).- El Tribunal de Cuentas de la UE alertó hoy de que el bloque comunitario puede incumplir sus objetivos de reducción de CO2 en automóviles porque las emisiones "reales" de los coches con motor de combustión no han caído y las ventas de los eléctricos progresan, pero no al ritmo que deberían.
"No se producirá una reducción real y tangible de las emisiones de CO2 de los automóviles mientras prevalezca el motor de combustión, pero, al mismo tiempo, la electrificación del parque automovilístico de la UE es una tarea inmensa", señaló en un comunicado el director de la auditoría del Tribunal de Cuentas de la UE, Pietro Russo.
En un informe publicado este miércoles, los auditores comunitarios manifiestan que, pese a las "elevadas ambiciones y de las estrictas exigencias, la mayoría de los turismos que circulan por las carreteras de la UE siguen emitiendo la misma cantidad de CO2 que hace 12 años".
Es decir, los vehículos con motor de combustión no han reducido notablemente los gases de efecto invernadero que liberan a la atmósfera pese a que la UE se dotó en 2017 de un nuevo sistema de pruebas para medir las emisiones en condiciones reales de conducción, tras el escándalo del "Dieselgate" que salió a la luz en 2015.
Aquel episodio con miles de millones de euros en consecuencias judiciales para Volkswagen (ETR:VOWG_p) reveló que el fabricante automovilístico alemán utilizaba desde 2009 un programa informático fraudulento que rebajaba las emisiones del coche cuando detectaba que lo sometían a un control.
Los auditores de la UE dicen ahora que el sistema implantado posteriormente para medir el CO2 emitido por los coches con motor de combustión, que todavía representan casi las tres cuartas partes de turismos vendidos en el mercado comunitario, "redujo pero no eliminó la disparidad entre las emisiones en laboratorio y las emisiones en condiciones reales".
"Durante la última década, las emisiones de los vehículos de gasóleo se han mantenido constantes, mientras que han disminuido ligeramente (-4,6 %) las de los vehículos de gasolina", dice el documento.
Agrega que "el progreso tecnológico en términos de eficiencia de los motores queda contrarrestado por el aumento de la masa de los vehículos (alrededor del +10 % de media) y los motores más potentes(+25 % de media)".
Los auditores también señalan a los vehículos híbridos, cuyas emisiones de CO2 en condiciones reales "tienden a ser mucho más elevadas que las registradas en laboratorio" y lamentan que hasta 2025 no se contemple adoptar una metodología más realista.
"Hasta entonces, los híbridos enchufables seguirán siendo tratados como vehículos de baja emisión, en beneficio de los fabricantes de automóviles", señala el informe.
Recomendaciones
El Tribunal recomienda a la Comisión Europea que sustituya los objetivos actuales para toda la UE y para los fabricantes, que se basan en reducciones medias de CO2, por objetivos basados en un porcentaje mínimo de vehículos de emisión cero.
Pide también que se introduzca un límite máximo de "emisiones en condiciones reales" que no deba superarse en el caso de los vehículos con motor de combustión y que incluya todos los tipos de híbridos.
Lo único que ha impulsado la reducción de emisiones en el sector del automóvil, agregan, son los vehículos eléctricos, que han pasado de un ratio de ventas de 1 por cada 100 coches nuevos en 2018 a casi 1 por cada 7 en 2022.
Pero los auditores aprecian "importantes dificultades" para acelerar la electrificación del parque móvil por la dificultad de acceso a las materias primas para fabricar baterías o la "infraestructura de recarga inadecuada", aspectos sobre los que ya había advertido en sendos informes el Tribunal de Cuentas.
El tercer problema "crucial" del coche eléctrico es su asequibilidad, subrayan.
"Dados los mayores costes iniciales de los vehículos eléctricos, es posible que los consumidores prefieran mantener sus antiguos vehículos contaminantes durante más tiempo", apunta el Tribunal de Cuentas.
Los auditores comunitarios recuerdan que, si bien la UE ha conseguido reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en las tres últimas décadas en muchos ámbitos, el dióxido liberado por el sector del transporte ha crecido hasta representar el 23 % de todo el CO2 de la UE en 2021, y más de la mitad corresponde a los coches.
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