Túnez, 14 dic (.).- El Gobierno tunecino recibirá de su homólogo argelino un préstamo por valor de 300 millones de dólares (equivalente a 265 millones de euros) "en beneficio del país", según publicó este martes el boletín oficial del Estado (JORT), mientras que los encuentros entre los dirigentes de ambos Estados se intensifican en las últimas semanas.
A finales de noviembre, la primera ministra tunecina, Najla Bouden, nombrada apenas un mes antes, realizó su primera visita oficial al país vecino, donde se reunió con el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, y el jefe de Gobierno, Ayman Ben Abderrahmane, para, según la prensa local, buscar nuevas fuentes de financiación ante la parálisis de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por su parte, Tebboune llegará este miércoles a Túnez en una visita de dos días a petición del presidente de la República, Kais Said, aunque todavía se desconocen los detalles de su agenda.
"Una ocasión para reforzar los lazos de fraternidad histórica, las relaciones de cooperación y de alianza, consolidar el año de consulta y coordinación entre los dos dirigentes sobre cuestiones regionales e internacionales actuales", declaró la Presidencia en un escueto comunicado de prensa.
El Ejecutivo tunecino reveló este martes que la deuda pública se ha triplicado desde 2010, pasando de 7.000 millones de euros a los 30.000 millones actuales. Una situación que se ha agravado en el último bienio, explicó este lunes la consejera en Economía para el Gobierno, Samia Charfi Kaddour, por el impacto sanitario en la economía tunecina, sustentada en un tejido "frágil" de pequeñas y medianas empresas.
Días antes, Bouden anunció que su equipo presentará próximamente una propuesta al FMI para un nuevo crédito- el cuarto durante la última década- que espera cerrar antes del próximo mes de abril y mejorar así su nota soberana, degradada en julio a "B" o bono especulativo, fuera del grado de inversión, con una perspectiva negativa por la agencia de calificación de riesgo Fitch Rating.
Desde que el pasado 25 de julio el mandatario decretase el Estado de excepción- que incluyó el cese del primer ministro y la suspensión de la Asamblea de manera indefinida- ha congelado la casi totalidad de la Constitución de 2014 y se ha hecho con plenos poderes para "recuperar la paz social".
Una decisión que ha sido calificada por la mayoría de partidos políticos como "golpe de Estado", mientras otros consideran que se trata de una "rectificación" de la revolución de 2011 que puso fin a las dos décadas del régimen autócrata de Zine El Abidine Ben Ali.
Según la hoja de ruta de Said, el país llevará a cabo el próximo 25 de julio un referéndum sobre las reformas constitucionales propuestas por la ciudadanía, con el fin de "recuperar su soberanía" y celebrará elecciones legislativas anticipadas el 17 de diciembre de 2022.