Zamora, 30 ene (.).- El gerente de una de las empresas españolas afectadas por los disturbios en Francia derivados de las protestas de los agricultores galos, José Cobreros, ha expresado la impotencia que siente tras haber perdido una carga de 25.000 litros de vino y tener 18 camiones de su flota atrapados en distintos países europeos, sin poder regresar por temor a los daños que puedan sufrir en Francia.
El gerente de Transportes Cobreros, una empresa de Castrogonzalo (Zamora) que cuenta con 72 tráileres que habitualmente viajan desde Castilla y León a distintos países europeos con productos agroalimentarios, ha explicado a EFE la "incertidumbre e impotencia" con la que viven la situación y ha lamentado "la pasividad de los gendarmes" franceses ante los ataques.
En su caso, un camionero de la empresa que viajaba hacia Alemania y que estaba parado en un aparacamiento de carretera cerca de Montpellier, se vio intimidado por un grupo de agricultores franceses que le tiraron el pasado jueves la carga de 25.000 litros de vino blanco que llevaba desde Castilla-La Mancha.
Cobreros ha indicado que el transportista no logró que los gendarmes que estaban en el lugar le entregaran una copia del atestado para el seguro.
Fue el propio camionero el que tras sentirse intimidado "por unos radicales" grabó cómo le vaciaban la carga de la cisterna sin que los agentes franceses que se encontraban allí hicieran nada por evitarlo.
El gerente de esa empresa de transportes ha indicado que el pasado sábado, cuando hubo una tregua en las movilizaciones, 18 camiones pudieron continuar trayecto a otros países europeos, donde llevaron su carga.
Sin embargo, su temor reside ahora en lo que pueda pasarles a la vuelta, ya que regresan también con carga y deberán hacerlo a través de Francia.
En algún caso, los gendarmes han obligado a uno de sus transportistas a continuar camino cuando hacía uno de los descansos reglamentarios en un aparcamiento para camiones, por lo que, al quedar registrado ese incumplimiento de los tiempos máximos de conducción en el tacógrafo durante semanas, teme que puedan ser multados si les paran en algún control.
La situación ha llevado a esta empresa, que también gestiona una fábrica de productos lácteos en Castrogonzalo, a dejar temporalmente los transportes a otros países europeos para buscar mercados alternativos en España, por miedo a lo que les pueda ocurrir en Francia.
José Cobreros ha explicado que no les ha quedado más remedio debido a que principalmente transportan productos alimentarios con caducidades muy cortas, por lo que no pueden permitirse grandes esperas.
La utilización de rutas alternativas en Francia, además de que supone retrasos, tampoco es una opción porque por ellas también pueden encontrar grupos que secunden las protestas en lugares en los que haya menor presencia policial y las consecuencias puedan ser incluso mayores que la pérdida de la carga.
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