Madrid, 24 ene (.).- La compañía aérea Vueling, que cumple veinte años de operaciones en 2024, pondrá uno de sus focos durante este ejercicio en mejorar la eficiencia de sus operaciones y avanzar hacia una mayor sostenibilidad medioambiental.
El primer eje de su estrategia en ese terreno es impulsar el Cielo Único Europeo, un proyecto que permitirá a los aviones que sobrevuelan el continente "evitar hacer zigzags y volar de la manera más eficiente posible", ha afirmado a EFE Franc Sanmartí, director de Sostenibilidad de la aerolínea durante la feria Fitur.
"Siguiendo las trayectorias óptimas podríamos lograr un 10 % de reducción de emisiones de CO2, principalmente porque los aviones seguirían la trayectoria más favorable según el viento", describe Sanmartí.
Un vuelo entre Barcelona y Lyon puede reducir un 16 % la distancia recorrida y en 20 minutos el tiempo en el aire al utilizar una ruta óptima, gracias a la coordinación entre el gestor de navegación Enaire, las autoridades francesas, Eurocontrol, y la posibilidad de pasar por una zona militar cuando no está en uso, asegura el directivo.
De la misma manera, un vuelo entre Bilbao y Tenerife en una jornada de fuertes vientos puede reducir un 8,5 % sus emisiones si en lugar de seguir una trayectoria aparentemente óptima, elige dar un rodeo por zonas con menor resistencia al viento, gracias a instrumentos de seguimiento meteorológico en directo, agrega.
En ese contexto, Vueling ha desarrollado una herramienta tecnológica para calcular trayectorias óptimas y estimar el ahorro de combustible y emisiones respecto a rutas tradicionales.
"Hasta ahora se ha visto el Cielo Único Europeo como un gran proyecto político que necesitaba grandes acuerdos, pero sin embargo está adquiriendo un nuevo enfoque, mucho más orientado a la tecnología, y eso está permitiendo que se estén logrando avances importantes", describe Sanmartí.
La compañía subraya al mismo tiempo la necesidad de que la industria avance en el uso de combustibles sostenibles para la aviación (SAF).
Esos combustibles, obtenidos a partir de residuos urbanos, agrícolas y forestales, se pueden utilizar en los actuales aviones, sin apenas modificaciones, y ahorraría un 80 % de las emisiones de CO2.
Uno de los problemas que se interpone en su adopción es su coste: "Actualmente su precio es de tres a cinco veces más caro que el combustible fósil tradicional. Por lo tanto, lo que abogamos es por incentivos", resalta Sanmartí.
"De hecho, España tiene mucho potencial para convertirse en un gran productor de combustibles sostenibles, por el gran acceso que tiene a residuos", agrega el director de Sostenibilidad, que cita un estudio de PwC que señala que el país podría agregar 56.000 millones de euros a su PIB con la construcción de entre 30 y 40 plantas de fabricación de SAF y generar más de 270.000 puestos de trabajo.