Mateo Sancho Cardiel
Nueva York, 1 oct (EFE).- Si ayer Wall Street cerraba septiembre con cifras agridulces, hoy comenzó octubre abocado a la amargura con unos descensos en el Dow Jones superiores a los 200 puntos, alejándose de los 17.000 puntos y con una vuelta a los niveles de mitad de agosto.
La razón para una apertura de trimestre tan dramática fue un súbito ataque de pánico en los inversores ante varios datos macroeconómicos que hicieron dudar de la recuperación de la economía estadounidense y que arrojaron una sombra de pesimismo sobre la próxima temporada de resultados empresariales.
El primer sinsabor vino por parte del sector manufacturero, que bajó más de lo esperado en septiembre. El segundo, llegó desde el sector de la construcción, cuyos pedidos bajaron en agosto pasado un 0,8 %, a pesar de que los analistas esperaban que hubieran crecido.
Con la preocupación de las previsiones poco favorables para la economía global dadas las tensiones internacionales y con los datos internos tan poco halagüeños, al sonar la campana el panorama era desolador: un 1,4 % de pérdida en el Dow Jones, un 1,32 % de receso en el S&P 500 y un 1,59 % de retroceso en el Nasdaq.
De poco sirvió que el sector privado creara en septiembre 213.000 nuevos puestos de trabajo, por encima de lo que esperaban los expertos, pues la jornada estaba ya maldita y los analistas hablaban de un "scary october" ("octubre espeluznante").
Para más inri, la hecatombe en el mercado del petróleo, provocado por la situación de más oferta que demanda, lastró el sector energético, que este miércoles bajó un 1,85 %.
Sin embargo, en el Dow Jones los números rojos estuvieron encabezados por la tecnológica Intel, la fabricante de productos para la higiene Johnson & Johnson y la aeronáutica Boeing, todas ellas por encima de las pérdidas de dos puntos porcentuales.
Y en el Nasdaq, el gran batacazo se lo llevó Facebook, que cayó un 3,15 %, y la "benjamina" Alibaba, que retrocedió un 3,10 % y acumula una caída del 8 % tras convertirse en la mayor apertura de la historia de Wall Street hace diez días.
Así, los inversores miran ya a los días que vienen para intentar romper la maldición, con la esperanza de que indicadores como el de pedidos a fábrica (el jueves) y empleo (el viernes) cambien la tendencia con la que ha iniciado el mes.