Ángel Gómez
Nueva York, 16 dic (EFE).- Wall Street no tuvo mucho tiempo para analizar en detalle la decisión de hoy de la Reserva Federal de Estados Unidos de subir, por fin, las tasas de interés de referencia en ese país, aunque algunos se preguntan por qué ahora y no antes.
La presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, ocupó una hora del momento más clave de la sesión bursátil de cada día para explicar ante los periodistas una decisión que ya se esperaba y cuyo efecto, en cierta medida, ya estaba absorbido en el mercado.
Algunos citaron que no hay razones de peso para haberlo hecho ahora y no en septiembre: el dólar sigue alto, el precio del petróleo sigue bajo, no se ha alcanzado el objetivo de inflación que tenía la Fed y el empleo sigue en su tendencia a la recuperación.
De hecho, hoy el petróleo de Texas alcanzó el mínimo anual, y en el mercado aún persiste cierta preocupación por la evolución de la segunda economía mundial, la de China, que fue uno de los argumentos esgrimidos por Yellen para no subir las tasas en septiembre pasado.
Después de esa reunión de septiembre, el mercado asumió que en la de octubre tampoco habría una revisión al alza de las tasas, la cual, en todo caso, se aplicará en diciembre o, incluso, en enero.
Pero según se acercaban las fechas comenzó a extenderse la idea de que sería en diciembre la decisión (en noviembre no se reunió el comité de la Fed que decide este tema), por lo que las apuestas estaban echadas.
Pero ahora se asume que el proceso de "normalización" monetaria, es decir, de la progresiva subida de las tasas en los próximos meses, será posiblemente más lento de lo que se esperaba, y siempre teniendo en cuenta variables que quizás generan viento en contra.
La decisión de la Fed no deja muy claro qué va a pasar en el 2016. De momento solo ha habido un aumento en la última reunión de este año, pero sigue la incertidumbre para el año próximo.
Y el problema es que se trata de un año especial, y la Fed puede estar en una carrera contra el tiempo, porque, como recordó hoy el expresidente de la Fed de Dallas Richard Fisher, la segunda mitad de 2016 estará centrada en los próximos comicios presidenciales.
"Y ningún banco central quiere involucrarse demasiado en un ciclo electoral", sostiene Fisher.