Pekín, 8 oct (EFE).- El presidente chino, Xi Jinping, asegura que es necesario sacrificar un crecimiento más rápido de la economía de su país para poder poner en marcha reformas estructurales que garanticen la estabilidad y el crecimiento sostenible.
El discurso de anoche de Xi ante el foro empresarial de la cumbre de la APEC que se celebra en Bali (Indonesia), que recogen hoy los medios chinos, se percibe como un adelanto del programa de reformas que se espera que se presenten en el Plenario del Partido Comunista de China (PCCh) el próximo noviembre.
Xi indicó que China "está elaborando un plan general para la profundización de reformas en todos los aspectos".
"Debemos ser lo suficientemente osados para explorar y lograr avances, pero también suficientemente prudentes y cuidadosos en la planificación de nuestras acciones", declaró el presidente.
China, explicó, mejorará su sistema económico básico, reformará el sistema administrativo y alentará la capacidad de innovación científica y tecnológica.
Según el presidente de la segunda economía del mundo, China seguirá una estrategia de apertura más activa, que incluirá, entre otras cosas, un mayor equilibrio en el comercio exterior y un marco legal en el que las empresas extranjeras en la República Popular puedan operar en un plano de igualdad con respecto a las locales.
Entre otras medidas, Xi apuntó una reforma del sistema de inversión y una flexibilización del tipo de cambio del renmibi, para llegar gradualmente a su convertibilidad.
Se reformará igualmente el sistema de distribución de ingresos, se mejorará el sistema de seguridad social y los servicios públicos básicos.
Xi anunció también un fortalecimiento de la protección al medio ambiente y la promoción de la conservación de recursos, en un país donde la contaminación es uno de los principales problemas.
El discurso de Xi se produce en momentos en los que la economía china da señales de recuperación, si bien el crecimiento es el más bajo de los últimos años.
En el primer semestre del año el crecimiento económico chino fue del 7,6 por ciento, frente al 7,7 por ciento del año anterior y al 9,3 por ciento de 2011.
El presidente chino aseguró que pese a la ralentización, la economía china mantiene su solidez: "todo ha transcurrido como esperábamos y no se han producido sorpresas".
Según Xi, un crecimiento del 7 por ciento es suficiente para lograr la meta que se ha fijado de doblar el Producto Interior Bruto (PIB) y los ingresos per cápita para 2020.
No obstante, reconoció que los desafíos que encara la economía de su país -que incluyen una caída en la demanda externa, un exceso de capacidad de producción y el endeudamiento de los gobiernos locales- son "especialmente difíciles".
"Son problemas bastante complicados. Es extremadamente importante que sigamos adelante sin cejar en ningún momento", sostuvo el jefe de Estado chino. EFE
El discurso de anoche de Xi ante el foro empresarial de la cumbre de la APEC que se celebra en Bali (Indonesia), que recogen hoy los medios chinos, se percibe como un adelanto del programa de reformas que se espera que se presenten en el Plenario del Partido Comunista de China (PCCh) el próximo noviembre.
Xi indicó que China "está elaborando un plan general para la profundización de reformas en todos los aspectos".
"Debemos ser lo suficientemente osados para explorar y lograr avances, pero también suficientemente prudentes y cuidadosos en la planificación de nuestras acciones", declaró el presidente.
China, explicó, mejorará su sistema económico básico, reformará el sistema administrativo y alentará la capacidad de innovación científica y tecnológica.
Según el presidente de la segunda economía del mundo, China seguirá una estrategia de apertura más activa, que incluirá, entre otras cosas, un mayor equilibrio en el comercio exterior y un marco legal en el que las empresas extranjeras en la República Popular puedan operar en un plano de igualdad con respecto a las locales.
Entre otras medidas, Xi apuntó una reforma del sistema de inversión y una flexibilización del tipo de cambio del renmibi, para llegar gradualmente a su convertibilidad.
Se reformará igualmente el sistema de distribución de ingresos, se mejorará el sistema de seguridad social y los servicios públicos básicos.
Xi anunció también un fortalecimiento de la protección al medio ambiente y la promoción de la conservación de recursos, en un país donde la contaminación es uno de los principales problemas.
El discurso de Xi se produce en momentos en los que la economía china da señales de recuperación, si bien el crecimiento es el más bajo de los últimos años.
En el primer semestre del año el crecimiento económico chino fue del 7,6 por ciento, frente al 7,7 por ciento del año anterior y al 9,3 por ciento de 2011.
El presidente chino aseguró que pese a la ralentización, la economía china mantiene su solidez: "todo ha transcurrido como esperábamos y no se han producido sorpresas".
Según Xi, un crecimiento del 7 por ciento es suficiente para lograr la meta que se ha fijado de doblar el Producto Interior Bruto (PIB) y los ingresos per cápita para 2020.
No obstante, reconoció que los desafíos que encara la economía de su país -que incluyen una caída en la demanda externa, un exceso de capacidad de producción y el endeudamiento de los gobiernos locales- son "especialmente difíciles".
"Son problemas bastante complicados. Es extremadamente importante que sigamos adelante sin cejar en ningún momento", sostuvo el jefe de Estado chino. EFE