Túnez, 16 jun (.).- La huelga general en el sector público de Túnez fue un "éxito" tras ser secundada por cerca del 100 % de los trabajadores de 159 instituciones y empresas estatales para que el Gobierno vuelva a la mesa de negociación salarial, aseguró a Efe el secretario general adjunto de la poderosa central sindical UGTT, Sami Tahri.
Los sectores exentos de este parón, que comenzó este jueves a medianoche y que durará 24 horas, fueron Sanidad, Educación y municipalidades para preservar los servicios mínimos mientras que el transporte aéreo, terrestre y marítimo quedó suspendido por completo.
"La cuestión es si logrará escandalizar al Gobierno y convencerlo de volver a la mesa de negociaciones, eso depende de su conciencia y sentido de responsabilidad", de lo contrario amenazan con "otros movimientos tanto en el sector público como privado", explicó el portavoz poco antes de una manifestación frente a la sede central, en la capital, que reunió a alrededor de un millar de personas.
El diálogo sobre los aumentos salariales, que se retoma cada trienio, fue "rechazado" por el Gobierno, lo que "obligó" a la UGTT a convocar la huelga, aseguró Tahri, después de que fracasase una reunión "in extremis" el pasado lunes y que se suma a la larga lista de promesas de los diez gobiernos que se han sucedido en la última década.
La última huelga general en el país fue en 2019, cuya reivindicaciones se mantienen, y a la que se añade la demanda de anular la circular 20, aprobada el pasado diciembre por el Ejecutivo, que exige una autorización previa para iniciar conversaciones entre las diferentes instituciones y el sindicato.
Aunque el responsable descartó una motivación "política", estas movilizaciones buscan también ejercer mayor presión sobre el presidente, Kaid Said, al que acusan de llevar a cabo un diálogo nacional "ficticio" y excluyente -tras apartar a los partidos políticos - y en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para un nuevo crédito de 3.600 millones de euros que está condicionado a duras medidas de austeridad.
"Si quisiéramos llevar a cabo una huelga política lo hubiéramos hecho pero el objetivo de esta es económico y social", insistió el portavoz.
Una semana antes, el Gobierno de Najla Bouden, en el poder desde octubre, presentó su programa de reformas sociales y económicas, que incluye revisar a partir de 2023 las subvenciones de productos de primera necesidad y combustibles así como limitar la masa salarial, estimada en 650.000 funcionarios.
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