Javier Aja
Dublín, 17 abr (EFE).- El Gobierno irlandés ha expresado hoy su confianza en que la troika que supervisa el cumplimiento de las condiciones de su rescate certifique los progresos que ha alcanzado durante el primer trimestre de 2012, a pesar de que las perspectivas de crecimiento para este año son modestas.
Los representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE) han iniciado hoy en Dublín su sexta revisión del programa de ayuda a Irlanda, cuantificado en 85.000 millones de euros.
El ministro irlandés de Finanzas, Michael Noonan, ha asegurado que los encuentros de los próximos diez días se centrarán, principalmente, en "mirar al futuro", tras reiterar que su país sigue cumpliendo con las obligaciones que adquirió cuando, a finales de 2010, aceptó el rescate del FMI y la Unión Europea (UE).
El titular de economía también se ha referido a la necesidad de "entablar una nueva relación" con la tríada.
Noonan hacía referencia así al relevo del representante del BCE en la troika para Irlanda, Klaus Masuch, que se ocupará a partir de ahora del rescate económico a Grecia y que será sustituido por el español Diego Rodríguez-Palenzuela.
Al frente de la misión en Dublín continúan el director del departamento del FMI en Europa, Ajai Chopra, e Istvan Szekely, director de asuntos económicos y financieros del Ejecutivo comunitario.
Los tres expertos presentarán el próximo 26 de abril las conclusiones de su revisión y detallarán los pasos que deberá dar Dublín en el siguiente trimestre, que coincide con la celebración el 31 de mayo de un referéndum sobre la ratificación del nuevo tratado de la UE sobre disciplina presupuestaria.
Varios analistas han advertido durante las últimas semanas de que el Gobierno podría incumplir este año el objetivo de déficit marcado en su rescate, lo que le obligaría a introducir más medidas de ajuste.
La adopción de una nueva batería de severos ajustes podría, dicen algunos observadores, contribuir a decantar la balanza en las urnas hacia el lado de los opositores del tratado comunitario, quienes advierten de que este texto solo sirve para "perpetuar" las políticas de austeridad.
Aún en el caso de que la mayoría del electorado irlandés rechace el tratado, esa decisión no impedirá que entre en vigor, pues solo se precisa el apoyo de doce países de la UE.
No obstante, el Ejecutivo de Dublín insiste en que el "no" afectaría a la posición de Irlanda en la zona euro y le impediría, por ejemplo, acceder a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera en caso de necesidad.
En consecuencia, una evaluación positiva de la troika podría ayudar al Gobierno a superar la prueba de la consulta popular, explicó a Efe el analista jefe de la consultora dublinesa Bloxham, Alan McQuaid.
En un informe publicado hoy en Washington, el FMI alaba la actuación de Irlanda ante la crisis, al tiempo que pronostica un crecimiento del PIB del 0,5 % para este año y del 2 % para el siguiente.
Estos números, añade McQuaid, podrían ser suficientes para que el Gobierno logre reducir su déficit público hasta el 8,6 % del PIB durante este año y ahorrar 3.800 millones de euros sin necesidad de modificar sus presupuestos generales, a pesar de que estos objetivos se fijaron el pasado diciembre para un contexto de crecimiento del 1,3 %.
El Ejecutivo de conservadores y laboristas también espera que la troika apruebe la marcha del proceso de reestructuración del sistema bancario irlandés, en especial el estado de capitalización de las instituciones y la reforma de las normas reguladoras del sector.
Según fuentes oficiales, ambas partes abordarán el rescate de los nacionalizados Anglo Irish Bank y Irish Nationwide Building Society, ahora fusionados como Irish Bank Resolution Corporation (IBRC), una operación que le costará al Gobierno irlandés unos 30.000 millones de euros.
En este sentido, Dublín llegó a un acuerdo el pasado mes para liquidar un pago de 3.060 millones de euros de un pagaré que vencía a finales de marzo a través de la emisión de un bono gubernamental a largo plazo para los tenedores de deuda de IBRC. EFE