Bruselas, 5 jun (EFE).- La CE propondrá la creación de una red de fondos nacionales de resolución de la banca que tendrían la obligación de prestarse mutuamente recursos si fuera necesario para rescatar a bancos en crisis, lo que equivale al "embrión" del mecanismo supranacional que la UE aspira a crear para tal fin.
La propuesta que presentará mañana el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier, promueve el establecimiento de fondos nacionales en los que se mutualizarán los recursos sobre todo para crisis bancarias transfronterizas y que incluirán "el préstamo obligatorio entre los fondos", explicó hoy una funcionaria de alto rango de la UE.
Aunque la iniciativa no pone sobre la mesa el esperado fondo paneuropeo de resolución, estas "redes" nacionales sí son el "embrión" de algún mecanismo europeo de financiación", dijo.
La idea es que estos fondos se ayuden mutuamente, pero no deben servir para rescatar un banco inviable, sino para financiar un "banco puente" temporal en el que se integrarán toda o una parte de la actividad de una entidad, para comprar activos específicos de una institución bajo resolución o garantizar ciertos activos o deuda.
En ningún caso un fondo puede prestar más de la mitad de sus recursos y la banca contribuirá al mismo.
Habrá además autoridades de resolución nacionales y colegios de resolución para la cooperación transfronteriza con la participación de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés).
Cada fondo tendrá 10 años para reunir el equivalente a un 1 % de los depósitos bancarios cubiertos y las autoridades tienen la opción de utilizar el esquema de garantías de depósitos para todos los propósitos o crear por separado un mecanismo de resolución.
Otro de los instrumentos clave de la propuesta que la CE presentará mañana es la obligatoriedad de que la banca se rescate a sí misma (el denominado bail-in), mecanismo mediante el cual las autoridades de resolución tendrán el poder de imponer quitas a los acreedores que no gocen de ningún privilegio o derecho preferente en caso de concurso de acreedores en un proceso de quiebra y de convertir sus acciones o bonos en capital.
La propuesta exige también a los bancos tener suficiente capital y deuda que puede ser sometida a la participación de los acreedores para convertirla en capital si fuera necesario, una especie de colchón o reserva que en un borrador inicial se cifró en un 10 %, pero que la CE ha descartado debido a las diferencias entre bancos y de las exposiciones a riesgos.
En cualquier caso, esta herramienta no entrará en vigor hasta 2018 para dar tiempo a los bancos, inversores y autoridades a adaptarse a estas exigencias.
La CE impone también una jerarquía para el bail-in, de manera que el banco tendrá que recurrir primero a las quitas o conversión en capital de acciones, después al capital Tier 1 (de máxima calidad), al Tier 2 (capital complementario), a instrumentos subordinados especiales, a deuda subordinada, y a deuda senior (privilegiada o prioritaria).
En principio, los instrumentos que se aplicarán al rescate interno se refieren a todas las deudas y responsabilidades que el banco tenga que no estén respaldadas por activos o garantías, por lo que no tocará los depósitos cubiertos, ni tampoco los activos de clientes, sus ahorros, los salarios, las pensiones o préstamos interbancarios. EFE