RÍO PISANG BATU, Indonesia (Reuters) - Un grupo de niños juega y charla en una rampa de madera bajo un sol ardiente en Java Occidental, mientras justo debajo de sus pies fluye uno de los ríos más horriblemente contaminados de Indonesia, saturado por cientos de toneladas de basura maloliente.
Las autoridades de la nación de 260 millones de personas están luchando contra la falta de cultura de reciclaje o conciencia medioambiental para lograr el ambicioso objetivo de reducir en un 70 por ciento los desechos plásticos marinos para el año 2025, a pesar de haber dedicado 1.000 millones de dólares al año a la tarea.
"Cada vez que llueve y se desborda, todo el pueblo baja para ayudar con la basura y limpiar el río", dijo Marzuki, residente de Tarumajaya, en las orillas del río Pisang Batu, que transporta los desechos de las aldeas río arriba.
"Nunca nos cansamos de hacerlo, pero nunca deja de llegar basura".
Sin embargo, este río es solo uno entre muchos cauces fluviales inundados de basura, principalmente residuos plásticos, de los cuales Indonesia produce alrededor de 3,2 millones de toneladas cada año. Casi la mitad termina en el mar, según un estudio publicado en 2015 en la revista Science.
Se estima que el archipiélago de más de 17.000 islas es el segundo mayor contribuyente de contaminantes plásticos del mundo a los océanos, después de China, según el estudio.
"Aunque hemos traído toda una armada de 25 camiones de basura que dan tres vueltas todos los días, la realidad es que... no hemos limpiado ni la mitad", dijo Suseno, jefe de seguridad de la aldea en Tarumajaya.
Mientras Java trata de salvar sus ríos, la isla turística de Bali prohibió este año el uso de bolsas de plástico en grandes supermercados y tiendas de comestibles, una medida que pretende ampliar a tiendas más pequeñas.
Sin embargo, la medida no fue bien acogida por todos.
"He visto a gente protestar porque no les dieron bolsas de plástico al comprar", dijo Thomas Wibowo en un supermercado, añadiendo que él comprende la necesidad de reducir la basura.
"Pero si de repente nos prohibieran utilizar el plástico, como indonesios nos sorprenderíamos mucho".
Los riesgos para la vida marina se hicieron patentes en noviembre pasado, cuando se descubrió un cachalote muerto en una playa con 6 kilos de desechos plásticos en su estómago.
"Creo que también se trata de un problema global, no es solo un problema nacional", dijo Ida Bagus Rai Dharmawijaya Mantra, alcalde de Denpasar, capital de Bali.
"He visto que muchos ciudadanos están aceptando y ayudando a este movimiento, incluidos los turistas. También quieren ayudar a reemplazar las bolsas de plástico".
(Información de Yuddy Cahya en el río Pisang Batu y Sultan Anshori y Wayan Sukarda en Denpasar; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)