Por Kathryn Doyle
(Reuters Health) - En los quirófanos, la música es común. Médicos y pacientes coinciden en general en que es una compañía positiva, aunque un estudio sugiere que existirían diferentes opiniones sobre cuál es la mejor melodía para una operación.
Un equipo de Estados Unidos entrevistó a médicos, enfermeros y pacientes. Halló diferentes opiniones: por ejemplo, los anestesiólogos preferían el blues o el jazz a volumen bajo, mientras que los cirujanos aumentaban el volumen cuando sonaban los 40 temas más escuchados.
"Como la música es común en el quirófano, pensamos que sus efectos son clínicamente relevantes y merecen más investigación", dijo el autor principal, doctor Claudius Conrad, del Centro de Oncología MD Anderson de University of Texas, Houston.
Los pacientes parecían comprender que la música aumenta la concentración y la comunicación entre el equipo médico, según comentó el especialista.
"Nos sorprendieron las enormes diferencias en las preferencias musicales (género, tempo, volumen) entre las especialidades (cirugía versus anestesiología) y el nivel profesional (médico de planta versus residente o enfermero)", precisó Conrad.
Doscientos ochenta y dos pacientes y 390 médicos, residentes y enfermeros especializados en cirugía y anestesiología. Tres cuartos dijeron que disfrutaban la música, principalmente el rock, los clásicos y los 40 temas más escuchados. Las cirugías eran desde operaciones menores a mayores.
Más del 40 por ciento dijo que siempre debía haber música en el quirófano y la mayoría pensaba que la elección debía ser del cirujano o del equipo quirúrgico, según publica el equipo en Surgery.
Los médicos de planta preferían la música clásica frente a géneros como el hip-hop o la música electrónica.
Los enfermeros y los cirujanos tendían a escuchar la música más fuerte que los residentes y los médicos de planta, mientras que los cirujanos escuchaban música a más volumen que los anestesiólogos. Esto sería porque los anestesiólogos procesan las alarmas audiovisuales durante las cirugías, según opinó Conrad.
La música más rápida y más fuerte se ajusta más al rendimiento motor prolongado de la cirugía.
"La capacidad de un equipo de comunicarse y funcionar como una unidad es uno de los determinantes más importantes de éxito y es clave para la atención de calidad, la prevención de los errores médicos y la respuesta a crisis inesperadas, en especial en la interacción entre el cirujano y el anestesiólogo", indicó Conrad.
"De acuerdo con nuestro estudio y dado el efecto de la música en la dinámica de grupo, el uso de la música en el quirófano demanda más atención y conversación en el equipo médico para asegurarse de que se satisfacen las necesidades de todos sus integrantes".
FUENTE: Surgery, online 23 de diciembre del 2015.