DUBÁI, 19 oct (Reuters) - La escaladora iraní Elnaz Rekabi, que causó polémica al competir en un torneo internacional sin pañuelo en la cabeza, ha regresado a Irán entre los vítores de sus seguidores, reiterando en comentarios a los medios de comunicación estatales que escaló sin el hiyab de forma involuntaria.
Imágenes de vídeo mostraron a Rekabi, de 33 años, escalando una pared sin la cabeza cubierta mientras competía en Corea del Sur en representación de Irán, país que se ha visto arrastrado por las protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini bajo custodia de la policía moral del país.
En declaraciones a la televisión estatal a su llegada a Teherán, Rekabi dijo que ha regresado con "plena salud" y pidió disculpas al "pueblo de Irán por las turbulencias y preocupaciones que he creado", con la cabeza cubierta por una gorra de béisbol y una capucha mientras hablaba.
"La lucha que tuve con el calzado y la preparación de mi equipo me hizo olvidar el hiyab adecuado que debía tener, y fui al muro y ascendí", añadió.
Una multitud de simpatizantes la vitoreó, aplaudió y grabó la escena con teléfonos móviles mientras se alejaba del aeropuerto, según imágenes publicadas en la red social Twitter (NYSE:TWTR).
En un comunicado publicado en su cuenta de Instagram el martes, Rekabi atribuyó a una mala programación la razón por la que compitió sin pañuelo en la cabeza, diciendo que fue llamada a escalar de forma inesperada.
En comentarios televisados, Rekabi, que quedó cuarta en la competición, negó que hubiera estado ilocalizable durante 48 horas y dijo que el equipo regresó a Irán como estaba previsto. Afirmó que no tiene previsto abandonar el equipo nacional.
El servicio en persa de la BBC había informado el martes de que sus amigos no podían ponerse en contacto con Rekabi, afirmando que se temía por su seguridad. La embajada de Irán en Corea del Sur desmintió en Twitter las informaciones sobre su desaparición tras la competición.
Amini murió el mes pasado mientras estaba bajo la custodia de la policía de la moral de la República Islámica, que la detuvo bajo acusaciones de "vestimenta inapropiada", lo que provocó protestas en todo el país en las que numerosas mujeres se quitaron sus pañuelos y los quemaron.
Las protestas desencadenadas por la muerte de Amini se han convertido en uno de los desafíos más audaces a la República Islámica desde la revolución de 1979, aunque los disturbios no parecen estar cerca de derrocar el régimen de los ayatolás.
(Reporte de la redacción de Dubái; edición de Tom Perry, William Maclean; traducción de Darío Fernández)