Por Natalia Zinets
LEÓPOLIS, Ucrania, 3 abr (Reuters) - Alemania dijo el domingo que Occidente aceptaría imponer más sanciones a Rusia en los próximos días después de que Ucrania acusara a las fuerzas rusas de crímenes de guerra cerca de Kiev, aumentando la ya enorme presión económica sobre Rusia por su invasión.
La economía rusa se enfrenta a la crisis más grave desde el colapso de la Unión Soviética en 1991, después de que Estados Unidos y sus aliados impusieran sanciones paralizantes debido a la invasión de Ucrania por parte de Putin el 24 de febrero.
Rusia negó el domingo que sus fuerzas fueran responsables de la muerte de civiles en la ciudad de Bucha y dijo que Ucrania había realizado un montaje para los medios de comunicación occidentales.
Reuters vio cadáveres esparcidos por la ciudad. Uno de ellos parecía tener las manos atadas con una tela blanca y haber recibido un disparo en la boca. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó a Rusia de llevar a cabo un genocidio.
Occidente advirtió de más sanciones.
"Putin y sus partidarios sentirán las consecuencias" de sus acciones, dijo el canciller alemán Olaf Scholz en una declaración a la prensa.
La ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, dijo que la Unión Europea debería debatir sobre poner fin a las importaciones de gas ruso.
Alemania, la mayor economía de Europa, se ha resistido hasta ahora a los llamamientos para imponer un embargo a las importaciones de energía de Rusia, alegando que su economía y la de otros países europeos dependen demasiado de ellas. Rusia suministra el 40% de las necesidades de gas de Europa.
El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio, declaró que los sucesos de Bucha estaban "desatando una ola de indignación que llevará a nuevas sanciones" y no excluyó "que en las próximas horas pueda haber un debate sobre la cuestión de las importaciones de hidrocarburos de Rusia", dijo en un programa del canal italiano Rai 3, añadiendo que Italia no vetaría un quinto paquete de sanciones.
Estados Unidos afirmó que los responsables de cualquier crimen de guerra deben responder, Reino Unido dijo que iba a intensificar sus sanciones y Francia condenó los "abusos masivos" de las fuerzas rusas en Ucrania.
SANCIONES
El Kremlin afirma que las sanciones de Occidente —las más gravosas de la historia moderna— equivalen a una declaración de guerra económica y que Moscú mirará ahora hacia el este, a socios como China e India.
Aislada en gran medida de las economías occidentales, Rusia se enfrenta a la mayor contracción económica de las últimas décadas, mientras los precios suben. Putin dijo que Occidente no entiende nada de Rusia si cree que los rusos van a ceder a las sanciones.
Sin embargo, cortar el gas ruso —o más recursos naturales de Rusia— acabaría con el crecimiento de las mayores economías europeas, haría que los precios de la energía alcanzaran récords y propulsaría una onda expansiva inflacionaria en la economía mundial.
Rusia, que suministra gas a Europa desde los años 70, se vería privada de cientos de miles de millones de dólares en ingresos en divisas. Probablemente endurecería su respuesta a la "guerra económica" de Occidente.
"El mundo es mucho más grande que Europa —y, de hecho, Rusia es mucho más grande que Europa—, así que tarde o temprano dialogaremos, independientemente de lo que quieran los habitantes del otro lado del océano", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a la televisión estatal Channel One.
Ucrania pidió un embargo total de petróleo, gas y carbón, la prohibición de los buques y cargamentos rusos y la desconexión de todos los bancos rusos de la plataforma de intercambios SWIFT.
La invasión rusa de Ucrania del 24 de febrero ha matado a miles de personas y ha desplazado a millones.
Putin dice que la "operación militar especial" en Ucrania es necesaria porque Estados Unidos estaba utilizando a Ucrania para amenazar a Rusia y Moscú tenía que defenderse de la persecución de los rusohablantes por parte de Ucrania.
Ucrania dice que Moscú lanzó una guerra de agresión y que las afirmaciones de Putin sobre la persecución no tienen sentido.
(Escrito por Guy Faulconbridge; Edición de Alexandra Hudson y Chizu Nomiyama, traducido por Tomás Cobos)