Por Cate Cadell
PEKÍN, 22 may (Reuters) - Los principales dirigentes de China subieron el viernes al escenario frente a un mar de delegados que llevaban mascarillas en la inauguración del parlamento, que supone la culminación de una intensa planificación en un momento en que las reuniones de todo el mundo se han visto restringidas por el nuevo coronavirus.
El presidente Xi Jinping y otros altos líderes aparecieron sin mascarilla frente a unos 5.000 delegados del parlamento, conocido como Asamblea Nacional Popular (ANP), y un cuerpo asesor del gobierno, para la sesión anual más importante del legislativo chino en el Gran Salón del Pueblo.
Este año, los delegados que llegaron de todo el país tuvieron que someterse a múltiples pruebas de coronavirus y han sido aislados en hoteles, mientras que los actos mediáticos y los discursos se han hecho en formato online.
Originalmente programada para principios de marzo, la ANP se retrasó más de dos meses debido a la paralización a nivel nacional con tal de detener la propagación del coronavirus. El confinamiento en la capital duró hasta finales de abril.
Es la primera vez que la apertura del parlamento, una simple formalidad, se retrasa en 25 años y su puesta en marcha, aunque tardía, es una clara muestra de la determinación del Gobierno al enfrentarse a la desaceleración económica causada por el coronavirus.
"Desde una perspectiva política, es importante que lo mantengan a pesar de los costes y los riesgos que entraña el coronavirus", dijo Graeme Smith, becario del Departamento de Asuntos del Pacífico de la Universidad Nacional de Australia.
"Es un símbolo de fuerza y tranquilidad para el pueblo pero también para el partido", dijo, refiriéndose al Partido Comunista en el poder.
Como parte de los controles por el coronavirus, los asistentes tuvieron que presentar los detalles de sus traslados y contactos de las últimas semanas, según informaron medios de comunicación estatales. Algunos también tuvieron que pasar un tiempo en cuarentena.
Entre la multitud de delegados que se reunieron a primera hora del viernes, algunos llevaban mascarillas decoradas a juego con sus trajes regionales, los cuales suelen usarse durante el cónclave.
Los pocos periodistas extranjeros a los que se les permitió cubrir la sesión de apertura del viernes tuvieron que llegar el jueves por la tarde para someterse a una prueba de ácido nucleico, y luego tuvieron que alojarse en un hotel designado para acceder al salón de la Plaza de Tiananmen donde se celebra el congreso.
Como de costumbre, las autoridades aumentaron la seguridad de la ciudad antes del evento, prohibiendo las grandes reuniones, incrementando la presencia policial y estableciendo puntos de control adicionales en toda la ciudad.
El congreso se abre con un discurso del primer ministro en el que se esbozan los objetivos para el año próximo.
Durante el discurso del viernes, el más corto en 40 años, el primer ministro Li Keqiang se comprometió a aumentar los gastos en paquetes de estímulo económico. Sin embargo, el Gobierno no presentó un objetivo de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para 2020 por primera vez desde que comenzó a anunciarlos en 1990.
La economía se contrajo un 6,8% en el primer trimestre, con el brote de coronavirus paralizando la producción.
(Información de Cate Cadell, información adicional de Yew Lun Tian; editado por Robert Birsel; traducido por Andrea Ariet en Gdansk)