BRUSELAS (Reuters) - Alrededor de la mitad de los europeos temen que la llegada de refugiados aumente el riesgo de ataques en sus países, según una encuesta publicada el lunes, y muchos de ellos, especialmente en el este del continente, los ven como una carga para su economía.
El centro de investigaciones Pew, situado en Washington, mostró que el porcentaje de la población que contestó que "los refugiados harán aumentar las situaciones de terrorismo en nuestro país" corresponde a un 46 por ciento en Francia, a un 52 por ciento en Reino Unido, un 61 por ciento en Alemania, un 71 por ciento en Polonia y un 76 por ciento en Hungría.
Los gobiernos húngaro y polaco han sido críticos con los esfuerzos que la Unión Europea ha realizado para reubicar a los solicitantes de asilo a lo largo de todo el bloque durante el año pasado, sobre todo los procedentes de Siria e Irak.
La canciller Angela Merkel, que administró la llegada a Alemania de alrededor de un millón de refugiados el año pasado, dijo el lunes que los milicianos islamistas habían aprovechado la ola de llegadas para infiltrarse en Europa. Algunos de los involucrados en los ataques de Estado Islámico en París y Bruselas se cree que podrían haber venido de Siria.
Consultados sobre si los refugiados son una carga porque se han beneficiado de puestos de trabajo y ayudas, los encuestados en 10 países contestaron diversas respuestas, desde un 31 por ciento de alemanes que piensan así hasta un 82 por ciento en Hungría.
En Italia, el 47 por ciento dijo que los refugiados estaban más predispuestos a cometer crímenes que otros grupos, un porcentaje algo mayor que en Suecia y Hungría. En cambio, sólo un 13 por ciento de los españoles opinó de esa forma.
Preguntados por su visión de los musulmanes, dos terceras partes de polacos, griegos, italianos y húngaros tuvieron una opinión "desfavorable", una idea compartida con menos de un tercio de franceses, alemanes y británicos.
Los datos de Pew también mostraron un seguimiento de cambios en algunos de estos países.
En Alemania en 2005, sólo un 9 por ciento de personas pensaron que los inmigrantes musulmanes adoptarían las costumbres locales, mientras que ahora un 32 por ciento comparten esa idea. En Francia, la misma opinión la comparten un 43 por ciento hoy en día, frente al 36 por ciento en 2005.