(Reuters Health) - El uso reiterado de una clase de fármacos para tratar el reflujo gástrico o las úlceras pépticas estuvo asociado con un aumento del riesgo de desarrollar demencia en un grupo de pacientes de Alemania.
Los fármacos, conocidos como inhibidores de la bomba de protones (IBP), son lansoprazole (Prevacid), esomeprazole (Nexium) y omeprazole (Prilosec), todos de AstraZeneca (L:AZN).
El nuevo estudio aporta sólo un nexo estadístico entre las recetas de los IBP y la incidencia de la demencia en los adultos mayores. No prueba que los fármacos causen la enfermedad, según indicó Britta Haenisch, del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas, Bonn.
"Analizamos la indicación médica de uso prolongado de los IBP durante por lo menos 18 meses", dijo Haenisch por e-mail.
El equipo de Haenisch revisó las historias clínicas de más de 73.000 mayores de 75 años, principalmente mujeres, durante el período 2004-2011: 2950 utilizaban IBP habitualmente, es decir, compraban una receta de por lo menos uno de esos fármacos cada cuatro o cinco meses en 18 meses. Durante el estudio, 29.510 personas desarrollaron demencia.
Esos usuarios eran un 44 por ciento más propensos a desarrollar demencia que los que no utilizaban IBP, según publica el equipo en JAMA Neurology.
Haenisch aclaró que el equipo no pudo determinar si algunos participantes tenían un riesgo elevado de demencia.
El doctor Lewis H. Kuller, de la University of Pittsburgh, publica un editorial sobre el estudio, donde señala que el uso de los IBP y la demencia compartirían factores de riesgo similares.
Kuller escribe que en el estudio conocido como Women's Health Initiative, por ejemplo, las mujeres que utilizaban IBP tendían a ser obesas, tener artritis y peor estado de salud general que otras participantes, lo que elevaría el riesgo de demencia.
Los fármacos pueden elevar el riesgo de desarrollar enfermedad renal, fracturas, disminución de los niveles de magnesio, infecciones gastrointestinales, infección por C. difficile y neumonía, según enumeró Kuller vía e-mail.
El médico comentó que algunos IBP se venden sin receta, pero que éstas se necesitan cuando el uso es prolongado.
Los IBP para tratar el reflujo gastroesofágico y las úlceras pépticas reducen la producción del ácido gástrico, explicó por su parte Haenisch. "El mecanismo por el que los IBP influyen en la función cognitiva aún está por conocerse".
Haenisch agregó que algunos de esos fármacos pueden cruzar la barrera sangre-cerebro e interactuar con las enzimas cerebrales o están asociados con la deficiencia de vitamina B12 que promueve el daño neurológico.