Por Alexandra Valencia
QUITO (Reuters) - El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, dijo el lunes que Ecuador busca poner fin a su asilo en la embajada en Londres y entregarlo a Estados Unidos, aunque la nación andina insistió en que únicamente le está pidiendo seguir las reglas de convivencia en su sede diplomática.
Assange habló desde la embajada ecuatoriana en la capital británica vía teleconferencia durante la audiencia de un proceso celebrado en Quito iniciado por su equipo legal en contra del Gobierno ecuatoriano en reclamo de las condiciones de su asilo.
Pese a las acusaciones de Assange, la jueza ecuatoriana Karina Martínez rechazó la demanda del australiano por considerar que las reglas creadas recientemente sobre las condiciones de su asilo no vulneran sus derechos humanos.
Durante la audiencia, Assange dijo que las normas son una señal de que Ecuador intenta terminar con el asilo, al tiempo que aseguró que el presidente Lenín Moreno ya habría decidido esa medida aunque no ha dado aún la orden de manera oficial. Enfatizó que Quito está presionado por Washington y Londres.
Los comentarios del australiano provocaron que el máximo abogado del gobierno del país sudamericano, Íñigo Salvador, le interrumpiera y advirtiera que Ecuador no actúa por presión de otros países.
Funcionarios judiciales dijeron a los periodistas que no podían grabar ningún comentario realizado durante la audiencia.
EL ASILO SE MANTIENE
Salvador no respondió de forma directa a las acusaciones de Assange, pero comentó que Reino Unido garantizó en agosto que no será extraditado si deja la embajada, donde vive desde el 2012.
"Si el señor Assange así lo desea y se atiene a las normas que la señora jueza ha declarado que son plenamente constitucionales, puede quedarse en la embajada del Ecuador en Londres todo el tiempo que desee", dijo Salvador a periodistas, tras concluir la audiencia.
Las nuevas normas impuestas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador requieren que Assange pague sus facturas médicas, sus llamadas telefónicas y la limpieza relacionada con su gato. Estos gastos habrían representado por Ecuador unos 6 millones de dólares hasta el momento, según Salvador.
El ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano, José Valencia, no quiso pronunciarse sobre las acusaciones de Assange durante la audiencia.
Assange se refugió en la embajada después de que tribunales británicos ordenaron su extradición a Suecia para enfrentar un interrogatorio en un caso de agresión sexual. Aunque este proceso ha sido desestimado, sus seguidores temen que pueda ser extraditado a Estados Unidos si abandona la misión diplomática.
WikiLeaks, que publicó secretos diplomáticos y militares estadounidenses cuando Assange estaba al mando, enfrenta una investigación por parte de un gran jurado en Estados Unidos.
El personal de la embajada se había quejado de que Assange montaba una patineta y jugaba fútbol en el salas de la sede diplomática y que se comportaba agresivamente con los encargados de seguridad.
El Gobierno de Quito también se opuso a que realizara comentarios sobre temas políticos sensibles en otros países que podrían afectar las relaciones diplomáticas de Ecuador.
La semana pasada, las autoridades ecuatorianas anunciaron el fin de su práctica de dialogar con las autoridades británicas sobre la situación de Assange. El canciller Valencia dijo a Reuters que el Gobierno ya no intercederá en nombre de Assange, citando la frustración generada por la demanda.
El abogado de Assange en Ecuador, Carlos Póveda, dijo que la decisión de la jueza fue apelada de manera inmediata.
(Información adicional de José Llangarí. Escrito por Luc Cohen; traducido por Carlos Serrano y Silene Ramírez)