Por Tom Westbrook y Sonali Paul
SYDNEY/MELBOURNE (Reuters) - Los australianos acudirán a las urnas para votar en unas elecciones generales el próximo 18 de mayo, después de que el primer ministro Scott Morrison (LON:MRW) arrancara el jueves una campaña centrada en los impuestos, el cambio climático y la desigualdad.
Morrison y su principal opositor, el líder del Partido Laborista Bill Shorten, utilizaron la expresión australiana "fair go" para enmarcar sus campañas en torno a un sentido nacional de igualdad de oportunidades, aunque desde ángulos muy diferentes.
Las encuestas de opinión llevan años dando ventaja a los laboristas de centro izquierda y muestran que la coalición de los liberales de Morrison y el partido de los Nacionales centrados en el campo va camino de una contundente derrota..
"Es una montaña enorme para escalar", dijo Paul Williams, profesor de ciencias políticas de la Universidad Griffith en Brisbane.
"Si (Morrison) lo lograse, sería una de las mejores remontadas de la historia política", dijo.
Morrison dirige su discurso a los votantes con las credenciales económicas de su coalición conservadora, presentando las elecciones como un examen a su gestión de la economía australiana.
"Por lo tanto, la elección que deben hacer los australianos el 18 de mayo es, como siempre ocurre en las elecciones: ¿En quién confían para lograr esa economía fuerte de la que dependen sus servicios esenciales?", dijo ante periodistas en Canberra.
Sin embargo, la coalición de Morrison gobierna en minoría y debe obtener escaños para mantener el poder. También ha tenido tres primeros ministros en seis años y la inestabilidad en su liderazgo es una de las principales razones de sus malos resultados en los sondeos.
El Partido Laborista promete salarios más altos y el fin de las deducciones fiscales que favorecen a los ricos bajo el lema "A Fair Go for Australia", en alusión a una mayor igualdad de oportunidades para los australianos.
DESACELERACIÓN ECONÓMICA
El discurso de Morrison se produce justo cuando la economía muestra signos de enfriamiento. El consumo se ha debilitado a medida que los precios de las viviendas caen después de que un prolongado boom inmobiliario y los altos niveles de deuda pesan en la confianza.
El Fondo Monetario Internacional dijo que es posible que se necesite un estímulo inmediato en Australia y los mercados financieros están descontando la probabilidad de al menos un recorte en los tipos de interés este año.
Morrison prometió la semana pasada recortes de impuestos para las personas de ingresos medios y bajos, al tiempo que proyecta el primer superávit presupuestario en más de una década.
El Partido Laborista prometió igualar los recortes de impuestos para las personas de ingresos medios y prometió mayores concesiones para los trabajadores de salarios bajos.
(Información de Tom Westbrook en Sydney Sonali Paul en Melbourne; Traducido por Elena Rodríguez en la redacción de Madrid)