Por Serajul Quadir, Ruma Paul y Krishna N. Das
DACA (Reuters) - Bangladés ha propuesto la creación de "zonas seguras" dirigidas por grupos de ayuda humanitaria para la minoría musulmana rohinyá en el estado de Rakhine, en Myanmar, para detener el flujo de cientos de miles de refugiados que se dirigen hacia su territorio huyendo de la represión militar.
Es poco probable que el plan, el último de una serie de iniciativas de Daca, logre el apoyo de Myanmar, donde muchos consideran a la comunidad rohinyá, compuesta por 1,1 millones de personas, como inmigrantes ilegales de Bangladés. Esta previsible reacción dejará a Bangladés, una de las naciones más pobres del mundo, con pocas opciones salvo abrir nuevos campos para los refugiados.
Daca envió la propuesta al gobierno de Myanmar a través del Comité Internacional de la Cruz Roja para asegurar tres áreas en Rakhine, hogar de la comunidad rohinyá, y sugirió que las personas desplazadas por la violencia sean trasladadas allí bajo la supervisión de una organización internacional, como Naciones Unidas.
"La lógica de la creación de esas zonas es que ningún rohinyá pueda entrar en Bangladés", dijo Shahidul Haque, secretario de Asuntos Exteriores de Bangladés.
La Cruz Roja confirmó que había pasado la solicitud a Myanmar, pero dijo que era una decisión política para los dos países.
Un portavoz del gobierno de Myanmar no respondió a una solicitud de comentarios.
En los últimos años cientos de miles de rohinyá han huido a Bangladés, una nación mayoritariamente musulmana de 160 millones de personas, desde Myanmar, de mayoría budista.
El conflicto en Rakhine, que dura ya décadas, ha vivido su más reciente brote el 25 de agosto, cuando insurgentes rohinyá atacaron varios puestos de policía y una base militar. Desde entonces, unos 270.000 rohinyá han huido a Bangladés, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, uniéndose a más de 400.000 personas que ya viven allí en campamentos improvisados desde principios de los noventa.
Se teme que decenas de miles más podrían intentar cruzar si no disminuye la violencia. Fotos recientes de la frontera entre los dos países muestran a cientos de hombres, mujeres y niños rohinyá tratando de cruzar a Bangladés a pie y en barco.
La crisis humanitaria a sus puertas ha hecho que Bangladés se vea obligada a buscar una solución para una población a la que tampoco ofrece su hospitalidad.
En los últimos días, responsables de Bangladés han dicho que planean seguir adelante con un controvertido plan para desarrollar una isla aislada -y susceptible de sufrir inundaciones- en la Bahía de Bengala para albergar temporalmente a decenas de miles de refugiados, lo que ha generado nuevas críticas de la comunidad internacional.
"REFUGIO TEMPORAL"
No obstante, Bangladés cedió el jueves a las presiones, y responsables gubernamentales indicaron que Daca facilitaría otras 607 hectáreas para campamentos que alberguen a refugiados cerca de Cox's Bazar, donde ya viven muchos refugiados, ya que está cerca de la frontera con Myanmar.
"Se les dará refugio temporal", dijo Kazi Abdur Rahman, comisionado adjunto em Cox's Bazar. Pero Rahman añadió que se le tomaría las huellas a los refugiados y estarían confinados al campamento para que no se mezclen con la comunidad local.
Estas medidas no ofrecen, sin embargo, una solución a largo plazo a la crisis, y Daca dice que está recibiendo poco apoyo de su país vecino, que ha sido acusado de intentar diseñar una limpieza étnica dentro de sus fronteras.
Funcionarios de Bangladés dijeron que habían propuesto un patrullaje conjunto a lo largo de la frontera, pero no recibieron respuesta de Myanmar. A principios de esta semana, Bangladés presentó una protesta después de acusar a Myanmar de colocar minas terrestres cerca de la frontera entre los dos países.
La premio Nobel y líder de Myanmar, Aung San Suu Kyi, ha recibido presiones para que detenga la violencia contra los rohinyá. La mandataria ha dicho que su gobierno estaba haciendo todo lo posible para proteger a todos en Rakhine, pero no se refirió específicamente al éxodo de los rohinyá.
"La solución está en Myanmar, la ONU espera que Myanmar pueda abordar la raíz del problema", dijo Shinji Kubo, jefe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Bangladés.
Kubo dijo que el gobierno de Bangladés estaba haciendo todo lo posible al aceptar a los refugiados en lugar de enviarlos de vuelta.
Los funcionarios de Bangladés están recurriendo a la comunidad internacional para pedir ayuda, reclamando el apoyo de países como Turquía, que ha prometido ayuda.
El viernes, un funcionario de la Guardia Costera de Malasia dijo que el país no rechazará a los musulmanes rohinyá y está dispuesto a proporcionarles refugio temporal. Pero un viaje en esta dirección podría resultar peligroso en los próximos meses, debido al monzón anual.
"La comunidad mundial debe presentarse para ayudarlos, no mediante la presión a Bangladés sino poniendo presión sobre Myanmar para que no recurra a estas atrocidades y violencia", dijo H.T. Imam, consejero de la primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina.
"La única solución es obligar a Myanmar a retomar sus ciudadanos a través de la presión internacional y estamos trabajando con nuestros socios con ese fin", dijo Imam.
Además de la creación de zonas de seguridad controladas internacionalmente en el estado de Rakhine, Bangladés también ha propuesto crear una zona de amortiguación a lo largo de la frontera, donde la comunidad internacional podría establecer campamentos y proporcionar ayuda a los refugiados.
No fue posible obtener más detalles del plan.
"Vamos a dar acceso a las agencias de ayuda humanitaria, pero no estamos interesados en darles refugio aquí, ya estamos sobrecargados", dijo Mostafa Kamal Uddin, secretario de Interior de Bangladés.