LONDRES, 17 may (Reuters) - El primer ministro británico Boris Johnson admitió el domingo que había una frustración pública con las medidas de su gobierno para aliviar el confinamiento por el coronavirus tras las críticas generalizadas a las nuevas normas, que reconoció que eran más complejas.
Tras una encuesta difundida por del periódico Observer en la que indicaba un creciente descontento con la gestión de la crisis por parte de Johnson, el primer ministro escribió en el periódico Mail el domingo: "Entiendo que la gente se sentirá frustrada con algunas de las nuevas medidas".
El miércoles, los ministros comenzaron a aliviar gradualmente las restricciones en Inglaterra, animando a las personas que no podían trabajar desde casa a volver a sus puestos de trabajo mientras se les decía que evitaran usar el transporte público si era posible.
Los cambios no se aplican a los habitantes de Escocia, Gales o Irlanda del Norte, cuyos gobiernos semiautónomos no han flexibilizado el bloqueo.
Se ha criticado que el mensaje del gobierno es confuso y ha enviado mensajes contradictorios. La gente sigue teniendo prohibido invitar a amigos y familiares a sus casas, por ejemplo, pero puede permitir la entrada de posibles compradores para ver sus propiedades.
CRECIENTE DESAPROBACIÓN
La encuesta publicada por el periódico Observer del domingo mostró que el 42% de los encuestados desaprueba ahora la gestión de la crisis por parte del gobierno - una caída de nueve puntos desde la semana pasada, comparado con el 39% que sí la aprueba. Es la primera vez que hay más gente descontenta con la actuación del gobierno que personas apoyándolo.
"Estamos tratando de hacer algo que nunca se ha tenido que hacer antes - sacar al país de un bloqueo total, de una manera que sea segura y que no arriesgue sacrificar todo el duro trabajo", dijo Johnson el domingo al periódico Mail.
"Reconozco que lo que estamos pidiendo ahora es más complejo que simplemente quedarse en casa - pero este es un problema complejo y necesitamos confiar en el sentido común del pueblo británico".
Hasta ahora 34.466 personas han muerto en Reino Unido después de dar positivo en las pruebas de COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el nuevo coronavirus, la cifra más alta de Europa.
El gobierno ha estado luchando con la forma de reiniciar la economía, devastada por el confinamiento, mientras evita una segunda ola de infecciones.
Pero se ha encontrado en desacuerdo no sólo con las administraciones delegadas fuera de Inglaterra, sino también con algunas autoridades regionales y sindicatos de maestros que discuten si las escuelas deben reabrir para algunos alumnos a partir del 1 de junio.
(Información de Michael Holden; editado por Catherine Evans; traducido por Andrea Ariet en Gdansk)