BRASILIA, 10 jun (Reuters) - La deforestación de la selva amazónica de Brasil fue peor de lo que se había informado anteriormente en 2019, según mostraron el martes los datos revisados del Gobierno en comparación con el primer año del presidente Jair Bolsonaro, quien está interesado en desarrollar la región, una zona clave para frenar el calentamiento global.
El instituto de investigación espacial brasileña INPE registró 10.129 kilómetros cuadrados de deforestación en el período anual de referencia de agosto de 2018 a julio de 2019. Esa es un área del tamaño del Líbano y supone un aumento del 34,4% sobre el mismo período del año anterior.
La revisión es mayor que el dato inicial del INPE, que era de 9.762 kilómetros cuadrados de selva destruidos durante ese período, un aumento del 29,5%.
Los datos de 2019 siguen marcando el nivel más alto de deforestación visto en la Amazonia brasileña desde 2008, una cota que ya había alcanzado antes de la revisión al alza del dato.
Los defensores del medio ambiente y los investigadores científicos culpan a las políticas del derechista Bolsonaro por alentar a los madereros, ganaderos y especuladores de tierras ilegales a que talen la foresta.
Bolsonaro ha instado al desarrollo de la Amazonia, incluidas las áreas protegidas, como una forma de sacar de la pobreza a los residentes más pobres de la región.
Brasil alberga aproximadamente el 60% del Amazonas, la mayor selva tropical del mundo. La protección del Amazonas es vital para frenar el cambio climático, dicen los científicos, debido a la gran cantidad de dióxido de carbono que absorbe.
Bolsonaro desplegó las fuerzas armadas para combatir la creciente deforestación en mayo, usando un decreto que expira el miércoles pero que según las autoridades podría prorrogarse otros 30 días.
(Información de Jake Spring y Eduardo Simoes; editado por Bernadette Baum, traducido por Michael Susin en la redacción de Gdansk)