Por Inmaculada Sanz
MADRID (Reuters) - Podemos fue el domingo el partido más votado en las elecciones generales en Cataluña, beneficiándose de la caída de nacionalistas y socialistas y remontando frente a las autonómicas de septiembre con su promesa de buscar un referéndum sobre la independencia.
En Comú Podem, la marca catalana de la formación de Pablo Iglesias, obtuvo 12 escaños, por delante de los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que triplicaron su presencia en Madrid y podrían ser claves para apuntalar alianzas de izquierdas.
"Para nosotros, Cataluña es una nación y debe tener un encaje constitucional distinto", dijo un eufórico Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, tras conocer los resultados.
Cataluña, presumiblemente clave en el previsible juego de pactos para el Congreso nacional, se convierte en la región que más asientos ha dado al joven Podemos, que con 69 asientos pasa a ser el tercero en votos en España por detrás del Partido Popular y Partido Socialista y por delante de otro emergente, Ciudadanos.
Defensor de un nuevo acuerdo territorial a nivel estatal, Iglesias se opone a la independencia de Cataluña, donde en septiembre se eligió un Parlamento de mayoría soberanista que aún no ha llegado a un acuerdo de investidura.
"Somos la única fuerza política de ámbito estatal capaz de llevar a cabo ese acuerdo que respete la identidad plurinacional constitutiva de nuestro país", añadió Iglesias.
Mientras que los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) triplicaron su presencia en Madrid hasta 9 diputados, los nacionalistas de Democràcia i Llibertat, nombre con el que concurría Convergència, cayeron a 8, la mitad que en 2011.
CAÍDA DE LOS NACIONALISTAS Y DE CIUDADANOS
La formación morada parece beneficiarse del hartazgo de los catalanes con las divisiones entre los soberanistas, que consiguieron la mayoría absoluta de la cámara catalana agrupados bajo el paragüas de Junts Pel Sí y que conjuntamente perdieron hoy casi 600.000 votos.
"El mensaje en Cataluña es que la población ha votado mucho menos a los partidos de Junts pel Sí que el 27 septiembre", dijo a Reuters el profesor de Sociología de la Universidad Complutense Lorenzo Navarrete.
"La situación no es buena para los nacionalistas porque se ve que la cosa está muy repartida y no se puede ir hacia una independencia con una población que no es mayoritaria", añadió.
Unió, histórico socio de Convergència y del que se separó en verano por las diferencias sobre el proceso soberanista, se quedó sin ningún representante.
Mientras, Ciudadanos, que en septiembre se convirtió en la segunda fuerza política del Parlament, se desinfló a nivel estatal en Cataluña, obteniendo cinco escaños, los mismos que el Partido Popular, que redujo en más de la mitad su resultado de hace cuatro años.
Los socialistas, defensores de que España inicie una reforma constitucional que alumbre un modelo territorial federal, obtuvieron siete escaños, la mitad que en 2011.
La formación que tiene la clave para formar un gobierno independentista en Cataluña, la anticapitalista CUP, había pedido la abstención en unas elecciones generales a las que no se presentó. Sin embargo, la participación, se situó en el 71 por ciento, cinco puntos superior a hace cuatro años.