Por Michael Holden
LONDRES (Reuters) - El presidente Donald Trump vuela a Reino Unido el jueves para reunirse con la líder del principal aliado de Estados Unidos en Europa y tomar el té con la reina Isabel, en un contexto de protestas y crisis política en el país por el Brexit.
Recién llegada de una cumbre de la OTAN en la que Trump criticó a Alemania y otros países europeos por no gastar lo suficiente en defensa, la primera ministra británica, Theresa May, espera que su viaje impulse los estrechos vínculos entre sus dos países y ayude a forjar un futuro acuerdo de libre comercio.
"No hay una alianza más fuerte que la de nuestra relación especial con los EE.UU. Y no habrá una alianza más importante en los próximos años", dijo May en un comunicado.
El viaje de Trump coincide con una semana tumultuosa para May, en la que dos de sus ministros dimitieron en protesta por sus planes comerciales con la Unión Europea cuando Reino Unido abandone el bloque el próximo marzo.
El presidente ya ha entrado en el debate, diciendo que Reino Unido estaba "un tanto revuelto" y que le correspondía decidir a los ciudadanos si ella permanecía en el poder.
También dijo que podría reunirse con Boris Johnson, quien dimitió como ministro de Exteriores por los planes de May de un Brexit favorable a las empresas, que fue acordado por su Gabinete el viernes pasado después de dos años de disputas.
Trump ha sido durante mucho tiempo un partidario del Brexit y ha expresado su entusiasmo por un acuerdo comercial de gran alcance con Reino Unido cuando abandone la UE, algo que los euroescépticos consideran como uno de los grandes beneficios de salir del bloque.
"Nuestra relación comercial y de inversión no tiene rival: somos los mayores inversores en las economías respectivas", dijo May. "Esta semana tenemos una oportunidad de profundizar esta relación comercial única e iniciar discusiones sobre cómo forjaremos una asociación comercial fortalecida, ambiciosa y preparada para el futuro".
A pesar de la bienvenida de May, muchos británicos siguen oponiéndose firmemente a la visita de Trump. Una encuesta de YouGov el miércoles mostró que el 77 por ciento tenía una opinión desfavorable del presidente y solo el 50 por ciento pensó que su visita debería producirse.
Ian Blackford, el líder del Partido Nacional Escocés en el Parlamento de Westminster, lamentó que el gobierno conservador despliegue la alfombra roja para Trump.
"Por parte de los ciudadanos, la bienvenida no será cálida", dijo en el Parlamento el miércoles, señalando que habría protestas en todo el país contra el "abismal historial de derechos humanos de Trump, su actitud repugnante hacia las mujeres y su desagradable trato hacia las minorías".
Sin embargo, el diario más vendido de Reino Unido, The Sun, aplaudió a May. "La primera ministra ha tomado la decisión adecuada de tratar a Donald Trump con el respeto que su cargo merece", dijo el jueves. "Estamos deseando su visita".
Se ha levantado una valla alrededor de la residencia del embajador de Estados Unidos en el centro de Londres, donde Trump pasará la noche del jueves y la embajada ha enviado un aviso a los estadounidenses en Londres para que mantengan un perfil bajo en caso de que las protestas se vuelvan violentas.