Por Lesley Wroughton y Steve Scherer
ROMA (Reuters) - Estados Unidos e Italia encabezaban el domingo las presiones diplomáticas internacionales para lograr que las facciones enfrentadas en Libia firmen un acuerdo de gobierno de unidad, con la esperanza de que detenga al Estado Islámico en el país norteafricano.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su colega italiano, Paolo Gentiloni, flanqueados por el enviado de las Naciones Unidas Martin Kobler y 18 delegados comenzaron una reunión para presionar a los libios tras un año de conversaciones en la ONU.
Delegaciones de los dos gobiernos rivales del país acordaron esta semana el plazo del 16 de diciembre para rubricar el acuerdo, pero hay resistencias. Anteriores plazos se han superado mientras amplias zonas del país quedaban divididas en feudos de facciones rivales armadas.
Un alto cargo del Departamento de Estado de EEUU, que prefirió el anonimato, dijo que la reunión de un día respaldaría el acuerdo, con la esperanza de dar a los libios confianza para seguir adelante sabiendo que tienen el apoyo de la comunidad internacional.
"Los libios querían saber que si dan este paso la comunidad internacional les apoyará", dijo el alto cargo a periodistas.
El pacto permitiría a un nuevo gobierno libio pedir apoyo militar internacional para combatir la creciente presencia del Estado Islámico, que ha proliferado desde la revuelta respaldada por Occidente que derrocó a Muamar el Gadafi hace cuatro años.
A menos de 300 kilómetros al otro lado del Mediterráneo, Italia ha tratado de poner el foco internacional sobre Libia desde los atentados en París hace un mes.
Con aproximadamente 3.000 combatientes, el grupo Estado Islámico ha tomado la ciudad de Sirte. Ha atacado un hotel y una prisión en Trípoli, campos petrolíferos y controles militares, y difundido un vídeo de la decapitación de 21 cristianos egipcios en una playa libia.
"Debemos mostrar que los gobiernos pueden actuar más rápido y de forma más eficaz que la amenaza terrorista", dijo Gentiloni el sábado.