Por Crispian Balmer
ROMA, 28 abr (Reuters) - El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se defendió el martes de las críticas a sus cautelosos planes de poner fin lentamente al confinamiento por el coronavirus más prolongado de Europa.
El Gobierno ha dicho que las estrictas restricciones impuestas hace siete semanas para frenar la enfermedad se suavizarán a partir del 4 de mayo, cuando los parques, fábricas y obras de construcción reanuden la actividad.
Sin embargo, los comercios deben permanecer cerrados hasta el 18 de mayo, mientras que los restaurantes, bares y peluquerías permanecerán cerrados hasta el 1 de junio y los estudiantes no volverán a la escuela antes de septiembre.
Esta prudente estrategia ha sido criticada por las empresas, atacada por la oposición e incluso cuestionada por los partidos de la frágil coalición de Conte, ante la preocupación por el enorme coste económico y social.
Sin embargo, el primer ministro dijo que no se arrepentía.
"Si pudiera volver atrás, lo haría todo de nuevo", dijo Conte al diario La Stampa. "No puedo dejarme influir por la opinión pública, aunque yo mismo comprenda muy bien esos sentimientos".
Conte reconoció que el comité científico que le aconsejaba era "rígido", pero dijo que la principal preocupación era prevenir una segunda ola de infecciones.
"Si solo un paciente... pudo provocar el brote y desencadenar un contagio tal que nos vimos obligados a cerrar toda Italia, ¿puede imaginarse lo que podría suceder con los 100.000 casos positivos que tenemos en este momento?".
Italia ha sido uno de los países más afectados del mundo, registrando casi 27.000 muertes y 200.000 casos desde que se identificó el primer paciente con coronavirus el 21 de febrero. En la actualidad, unas 105.813 personas todavía tienen la enfermedad.
Sin embargo, las cifras han ido mejorando en las últimas dos semanas y algunos gobernadores regionales han anunciado que suavizarán las restricciones más rápido de lo que quiere el Gobierno.
BENDICIÓN PAPAL
Aunque los partidos de la oposición, como la ultraderechista Liga, han criticado repetidamente la gestión de la crisis por parte de Conte, la coalición gobernante se ha mantenido en gran medida unida. Sin embargo, el martes surgieron voces de descontento.
Nicola Zingaretti, jefe del Partido Demócrata, de centroizquierda, dijo que podría ser necesaria más flexibilidad. "También necesitamos revisar la fecha del 1 de junio, que parece muy lejana", dijo al diario Corriere della Sera.
El ex primer ministro Matteo Renzi, cuyo pequeño partido Italia Viva forma parte de la coalición, dijo que el plan de Gobierno era un "error político, económico y constitucional".
Dijo al diario La Repubblica que las regiones con muy pocos casos deberían reabrir más rápidamente y el Parlamento tener la facultad de modificar las regulaciones.
Una de las críticas más importantes al plan del primer ministro provenía de la Iglesia Católica Romana, que se enfureció ante la negativa de levantar la prohibición de las ceremonias religiosas, incluidas las misas.
Conte prometió revisar esa decisión y al parecer cuenta con el respaldo del papa Francisco, quien instó a la gente a obedecer las instrucciones del Gobierno.
"En estos días en los que empezamos a tener normas para salir de la cuarentena, roguemos al Señor que le dé a su pueblo, a todos nosotros, la gracia de la prudencia y la obediencia... para que la pandemia no vuelva", dijo el papa.
(Información de Crispian Balmer; traducido por Tomás Cobos)