12 sep (Reuters) - La reputación de Diego Costa como "La Bestia" le precede en su regreso a la Premier League con el Wolverhampton Wanderers, pero incluso el imponente delantero admitió que estaba "muerto de miedo" sujetando lobos con una correa en el vídeo de presentación del club.
El jugador de 33 años, una figura a tener en cuenta durante su etapa en el Chelsea, donde fue el máximo goleador del club todas las temporadas y ganó dos títulos de la Premier League, firmó un acuerdo de un año con los Wolves después de que el club perdiera a sus delanteros por las lesiones.
Los Wolves anunciaron el fichaje del agente libre Costa con un vídeo en el que se ve al español vistiendo su equipación y agarrando unas cadenas atadas a tres lobos que gruñen con el pie de foto: "Diego is a wolf (es un lobo)", un post https://twitter.com/Wolves/status/1569279694742212608 que desde entonces se ha hecho viral.
"Estaba muerto de miedo. Sujetando esa cadena no dejaba de pensar: '¿Y si a este lobo se le ocurre tirarse encima de mí?' Y entonces los tres lo hicieron", dijo Costa en una entrevista con el club.
"Como la señora que los entrenaba no dejaba de llamarlos, les pedía que se movieran un poco... los lobos no hicieron nada. Pensé: 'Si no hacen nada con la entrenadora, si vienen...'.
"Cuando vinieron y me olieron el pie, supe que estaba acabado. Entonces me asusté un poco. Eran lobos, no perros. Fue una experiencia genial, pero no muy cómoda. Tengo cinco perros, pero no son lobos".
Costa dijo que necesitaría algún tiempo para recuperar la forma, ya que ha estado sin club desde enero, pero que le entusiasmaba el reto de volver a la máxima categoría del fútbol inglés.
"A nivel físico y psicológico, necesitaré entre dos y tres semanas para recuperar la forma, pero es normal, ya que no he hecho mucho durante un tiempo, pero sé que puedo hacerlo", dijo.
"Si alguna vez hubiera dudado de mi potencial... No habría aceptado este reto porque tengo un equipo que cuidar y si he dicho que sí a esto es porque creo que puedo aportar algo".
(Reporte de Rohith Nair en Bengaluru; Editado por Christian Radnedge; Traducción de Flora Gómez)