Por Kathryn Doyle
(Reuters Health) - La proporción de personas que utiliza opiáceos de venta bajo receta sin una necesidad médica disminuyó entre el 2003 y el 2013, pero los trastornos de consumo y las muertes por sobredosis crecieron en el mismo período.
"Los resultados destacan la importancia de resolver la crisis con los opioides de venta bajo receta", dijo la autora principal, doctora Beth Han, de la Administración de Servicios de Salud Mental y Adicciones (SAMHSA), Rockville, Maryland. Agregó que el abuso intensivo de los opiáceos de venta con receta creció desde el 2000.
Su equipo utilizó los datos de una encuesta a 472.000 personas que habían respondido sobre el uso de opiáceos sin motivos médicos y los trastornos asociados en el período 2003-2012, además de las estadísticas vitales del país sobre las causas de muerte para el mismo intervalo.
La tasa de uso no médico de opiáceos (no tomarlos como fue indicado o usar una receta de otra persona) se redujo del 5,4 al 4,9 por ciento en 10 años, pero la frecuencia de los trastornos asociados creció del 0,6 al 0,9 por ciento. También aumentó la población que consumía opioides durante más de 200 días.
Esta leve disminución del inicio en el consumo de opioides es "un hallazgo alentador", opina en un editorial de Journal of the American Medical Association el equipo del doctor Lewis Nelson, de la Facultad de Medicina de New York University.
Los CDC acaban de otorgar 20 millones de dólares a 16 estados para estudiar prácticas seguras para recetar opiáceos y reducir el acceso a esos productos de venta bajo receta.
Pero el equipo de Han escribe que el aumento del uso inadecuado de los opiáceos y los trastornos asociados observados en el estudio sugieren que "más pacientes están padeciendo el paso inexorable del consumo inicial al consumo frecuente".
La mortalidad por sobredosis con opiáceos de venta con receta aumentó de 4,5 a 7,8 por cada 100.000 personas, de acuerdo con las estadísticas vitales nacionales. El porcentaje de usuarios con problemas de consumo también creció en el período 2003-2013: del 12,7 al 16,9 por ciento.
Han opinó que esas estadísticas disminuirían si se reduce la indicación y el uso inadecuados de estos fármacos y se desarrollan nuevas terapias seguras para el dolor.
Consideró que se necesitan programas de entrenamiento efectivos para que los médicos sepan identificar y tratar a estos consumidores de opiáceos de alto riesgo.
"La década pasada creció rápidamente la mortalidad por sobredosis de opioides", dijo Brendan Saloner, de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins, Baltimore, y coautor de una carta de investigación, pero "la capacidad del sistema de salud de detectar y brindar acceso oportuno a los tratamientos no mejoraría demasiado".