20 mar (Reuters) - Los opositores al golpe de Myanmar protestaron nuevamente el sábado mientras crecía la presión internacional sobre la junta militar para detener la represión contra los partidarios de la democracia en el país.
Un joven fue asesinado a tiros en uno de los barrios más turbulentos de la ciudad de Yangon, informaron un residente y medios de comunicación, lo que elevó el número de muertos desde el golpe del 1 de febrero a 238, según un recuento de la Asociación de Asistencia para los Prisioneros Políticos.
El derramamiento de sangre no ha sofocado el repudio público por el regreso del gobierno militar y la ira por el derrocamiento del gobierno electo y la detención de su líder, Aung San Suu Kyi.
Pero algunos activistas dicen que han tenido que adaptar tácticas.
"Protestamos donde no hay policías o militares, luego, cuando escuchamos que vienen, nos dispersamos rápidamente", dijo el activista Kyaw Min Htike a Reuters desde Dawei en el sur, antes de que él y otros realizaran una breve manifestación en las afueras del centro de la ciudad.
"No quiero perder a uno solo de mis camaradas, pero protestaremos de cualquier manera que podamos hasta que nuestra revolución prevalezca".
El sábado, decenas de manifestantes se reunieron en la segunda ciudad más importante del país, Mandalay. Varios resultaron heridos cuando un vehículo chocó contra ellos y cuando la policía disparó balas de goma, informó un portal de noticias de la ciudad. No estaba claro por qué el vehículo golpeó a los manifestantes.
El viernes, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó lo que llamó la continua violencia brutal de los militares. Se necesita con urgencia una "respuesta internacional firme y unificada", dijo, citado por su portavoz.
El relator de la ONU, Tom Andrews, pidió sanciones en respuesta a los ataques "despiadados" de los generales contra las personas. "El mundo debe responder cortando su acceso al dinero y las armas. Ahora", escribió en Twitter.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una legislación condenando el golpe y los legisladores condenaron las tácticas cada vez más duras contra los manifestantes.
Las autoridades han endurecido las restricciones a los servicios de Internet, haciendo que la información sea cada vez más difícil de verificar, y han reprimido los medios privados.
(Reporte de equipo de Reuters, reporte adicional de Fanny Potkin, escrito por Robert Birsel; Editado en español por Gabriela Donoso)