Por Edward Baran
LONDRES (Reuters) - A menos de dos meses para que Reino Unido abandone la UE, Jo Elgarf ha comenzado a acumular alimentos ante la posibilidad de que los políticos no logren pactar un acuerdo de salida, pero dice que no puede hacer lo mismo con los vitales medicamentos que necesita su hija.
Nora, de cuatro años de edad, tiene parálisis cerebral y epilepsia y toma diariamente Epilim y Keppra, fármacos importados, para detener sus convulsiones. Elgarf quiere abastecerse de estos medicamentos por si se ven afectados los suministros, pero no puede porque solo están disponibles con una receta mensual.
Para Nora, "podría ser una cuestión de vida o muerte", dijo Elgarf a Reuters en su casa en el suroeste de Londres.
"Podría significar tener que ir en una ambulancia al hospital con una convulsión brutal que dure más de cinco minutos. No puede dejar de tomar esas medicinas. No hay peros que valgan, y tampoco podemos recurrir a alternativas".
Mientras continúa la cuenta atrás, los diputados británicos aún no se han puesto de acuerdo para ratificar un pacto de retirada de la Unión Europea, tras rechazar en enero el acuerdo inicial negociado por el Gobierno de la primera ministra Theresa May y Bruselas.
Si el Parlamento no lo evita, el Reino Unido saldrá de la UE el 29 de marzo sin acuerdo, lo que ha generado el temor a que las cadenas de suministro se vean seriamente afectadas, provocando una escasez de alimentos y medicamentos.
Según el Gobierno británico, alrededor de tres cuartas partes de los medicamentos utilizados por el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) llegan a través de la UE. May, que tiene diabetes de tipo 1, ha dicho que ella misma depende de la insulina producida en otro país de la UE.
EL MAYOR COMPRADOR DE NEVERAS DEL MUNDO
En agosto pasado, el secretario de Salud, Matt Hancock, presentó un plan para asegurar que Reino Unido tuviera seis semanas adicionales de suministros en caso de un Brexit sin acuerdo.
En enero, dijo que el país había comprado 5.000 frigoríficos para guardar medicamentos, lo que lo convirtió en el mayor comprador de neveras del mundo, reservando para ello un espacio de almacenamiento.
"Asegurarse de que los pacientes sigan teniendo acceso a los medicamentos que necesitan es de suma importancia", dijo Stephen Hammond, ministro de Sanidad y encargado de la planificación para el Brexit en esta área.
"Estamos trabajando muy estrechamente con la industria para asegurarnos de que haya suministros importantes de estos medicamentos en el Reino Unido", escribió Hammond en un artículo la semana pasada.
Pero algunos británicos no comparten esa confianza, y artículos publicados en la prensa indican que la población está almacenando de todo, desde analgésicos para niños hasta medicamentos para afecciones graves.
Para Elgarf, que pertenece al grupo anti-Brexit de Facebook (NASDAQ:FB) "preparacionistas del 48 por ciento" ("48 per cent Preppers"), en referencia al porcentaje que votó a favor de permanecer en la UE en el referéndum de 2016, esa opción no está disponible, lo que hace que tenga miedo.
"No importa, incluso si tuviera todo el dinero del mundo, no puedo ir a comprar estos medicamentos porque solo se venden con receta. No tengo forma de asegurar el futuro de mi hija", dijo.
No solo los pacientes y sus familias están preocupados.
El consejero delegado de un organismo que administra hospitales en Birmingham, la segunda ciudad más grande de Inglaterra, advirtió la semana pasada de que había un riesgo de que se cancelaran operaciones por una escasez de fármacos.
"En el caso de una salida caótica y sin acuerdo, muchas unidades del NHS podrían quedarse sin suministros médicos vitales", escribió el Dr. Dave Rosser en una nota a su directiva.
Dijo que "las fuentes del NHS bien informadas y no políticas" estimaron que los productos de Europa a través del Canal de la Mancha "podrían reducirse a entre un tercio y una quinta parte de los volúmenes diarios actuales por un periodo de al menos varios meses".
Según Brexit Health Alliance, un organismo del sector sanitario, 45 millones de paquetes de pacientes van a la UE desde el Reino Unido cada mes, y 37 millones de paquetes realizan el camino inverso.
"Cualquier divergencia de estos protocolos armonizados en el Reino Unido en el futuro, y la falta de acuerdo sobre la cooperación con la UE sobre medicamentos y dispositivos médicos, significaría que las cadenas de suministro están en riesgo", dijo.
Una consecuencia involuntaria de la inquietud es que los pacientes que están abasteciéndose de medicamentos pueden estar causando un problema por dicha acumulación.
"Los hospitales, las farmacias, las consultas y los pacientes no deben almacenar medicamentos en ningún momento durante este proceso", dijo el ministro de Sanidad, Hammond.
"Si lo hacen, existe el riesgo de que haya escasez para otros pacientes. Si todos hacen lo que se supone que deben hacer, confiamos en que el suministro de medicamentos continuará sin interrupción, independientemente del resultado del Brexit".
(Escrito por Michael Holden; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)