LOS ÁNGELES (Reuters) - Con la boda del príncipe Enrique y Meghan Markle acercándose, el hambre por todo lo relativo a la realeza recibirá su recompensa a modo de postre el mes que viene, cuando salgan a subasta porciones de las tartas de boda de anteriores bodas reales británicas, incluidas la del príncipe Carlos y la princesa Diana y la del príncipe Guillermo y Kate Middleton.
Se espera que las cinco porciones de pastel de varias bodas reales se subasten por cientos o tal vez miles de dólares el próximo mes como objetos de recuerdo en Las Vegas, dijo la casa de subastas Julien's Auctions.
Pero los organizadores han lanzado una advertencia a aquellos que esperan hincarles el diente.
"No son comestibles", dijo Darre Julien, presidente ejecutivo de la casa de subastas con sede en Las Vegas que organiza la puja, antes de la subasta del 23 de junio.
Un trozo de tarta de la boda de Diana y Carlos, presentada en una caja blanca con la frase "CD Buckingham Palace el 29 de julio de 1981" impreso en plateado y envuelto en papel de seda, se estima que alcanzará un precio de entre 800 dólares y 1.200 dólares, dijo la casa de subastas.
"Los trozos de tarta provienen de personas que asistieron a la boda y los guardaron en el congelador todo este tiempo", dijo Julien, puntualizando que no se han conservado por otros medios.
Más de 600 personas han sido invitadas a la boda de Enrique y Meghan el 19 de mayo, que tendrá lugar en la Capilla de San Jorge del castillo de Windsor, con otros 200 invitados a la recepción.
La tarta de fruta hecha para la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton en 2011 viene dentro de una lata con una tarjeta de bienvenida para los asistentes que dice: "Con los mejores deseos de su alteza real el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles en la celebración de la boda de su alteza real el duque y la duquesa de Cambridge".
El precio de venta está fijado entre 600 y 800 dólares. Julien's vendió una porción del pastel de Guillermo y Kate por 7.500 dólares en 2014.
También se incluyen porciones de tarta de la boda de Carlos de 2005 con Camilla Parker Bowles y la boda del príncipe Andrés y Sarah Ferguson en 1986, que se calcula que cada una alcanzará entre 600 y 800 dólares.