Por Isla Binnie y Marco Trujilllo
BARCELONA, 19 oct (Reuters) - Los manifestantes salieron el sábado a las calles de Barcelona por sexto día consecutivo, manteniendo una sentada en una plaza del centro de la ciudad frente a una fila de furgones de la policía. "¡Fuera, fuera, fuera, fuera la bandera española!", cantaban. "Las calles siempre serán nuestras."
Tres horas después del inicio de la concentración de la tarde del sábado, no había señales de la violencia que sacudió Barcelona el viernes, cuando jóvenes enmascarados bloquearon las calles con contenedores de basura en llamas y lanzaron piedras contra las fuerzas de seguridad, que respondieron disparando repetidas descargas de granadas de humo y gas lacrimógeno.
El presidente de Cataluña, Quim Torra, dijo que estos disturbios sin precedentes no reflejan la naturaleza pacífica del movimiento independentista catalán y pidió mantener conversaciones con Madrid.
"Instamos al presidente del Gobierno español en funciones a sentarse en una mesa de negociaciones a dialogar", dijo a los periodistas.
El presidente en funciones de España, Pedro Sánchez, contestó más tarde diciendo que Torra debía condenar primero rotundamente los disturbios.
"El Sr. Torra debe condenar rotundamente la violencia, cuestión que no ha hecho hasta el momento", dijo Sánchez en una declaración, añadiendo que también necesita tender puentes con los muchos catalanes que no quieren la secesión.
El Gobierno de España en funciones reiteró que "el problema de Cataluña no es la independencia, que no se producirá, porque no es legal, ni la quiere la mayoría de catalanes, sino la convivencia".
Torra respondió con una breve declaración diciendo que siempre ha denunciado la violencia y acusó a Sánchez de comportarse irresponsablemente por negarse a reunirse para conversar. "Se vuelve a poner de manifiesto que (el presidente en funciones) no tiene ningún relato político ni ninguna propuesta para Cataluña", dijo.
Unas 300 personas han sido detenidas en los enfrentamientos que han estallado en toda la región desde el lunes, cuando el Tribunal Supremo de España condenó a largas penas de prisión a nueve dirigentes catalanes que organizaron un referéndum prohibido sobre la independencia de Cataluña en 2017.
El de la independencia es un tema muy controvertido en Cataluña, una comunidad autónoma con unos 7,5 millones de habitantes que cuenta con su propia lengua, parlamento y bandera.
Una encuesta realizada en julio que muestra que el apoyo a la secesión es el más bajo en dos años, con un 48,3% de la población en contra y un 44% a favor.
Los principales partidos españoles se han negado sistemáticamente a permitir la celebración de un referéndum de independencia en la región, aunque los socialistas de Sánchez han dicho que están abiertos al diálogo sobre otras cuestiones.
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(Información adicional de Jessica Jones desde Madrid; Escrito por Crispian Balmer; Editado por Alexander Smith, Frances Kerry y Daniel Wallis; Traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)