Por Juan Medina
A BORDO DEL OPEN ARMS, Mediterráneo (Reuters) - Una mujer y un niño murieron en el Mediterráneo horas antes de que un barco de rescate llegara a su patera, según indicó el martes una ONG española, que encontró con vida a otra mujer en la embarcación.
La patera, que estaba cargada de migrantes, había volcado rumbo a Europa.
La organización no gubernamental Proactiva Open Arms dijo que los guardacostas libios habían abandonado a los migrantes porque estos no quisieron subir a las patrulleras libias.
El barco de rescate de la ONG, con un testigo de Reuters a bordo, se dirigió entonces a ayudar a los migrantes, a la deriva a unas 80 millas náuticas de la costa de Libia, pero dos ya habían muerto cuando llegaron.
No fue posible obtener comentarios de los guardacostas libios.
Proactiva Open Arms opera en la letal ruta central del Mediterráneo, donde varios barcos humanitarios han visto cómo se les negaba arribar a puertos italianos tras la promesa del nuevo gobierno populista italiano de contener la inmigración ilegal procedente de Libia.
Este mismo barco de rescate se situó este mes en el centro de las tensiones políticas europeas por la inmigración cuando rescató a 60 migrantes del Mediterráneo y los llevó a Barcelona tras el rechazo de Malta e Italia.
Los servicios de rescate sacaron a la mujer de la embarcación destruida, en la que se encontraba junto a los cadáveres de la otra mujer y un niño de unos cuatro años. Uno de los rescatistas se lanzó al agua y la sujetó mientras ella se agarraba a los restos de la patera.
"Cuando llegamos, encontramos a una de las mujeres todavía con vida, no pudimos hacer nada por recuperar a la otra mujer y el niño que al parecer murió pocas horas antes de encontrarlos", dijo el fundador de Proactiva Open Arms, Óscar Camps, en un tuit.
Proactiva dijo que los guardacostas habían interceptado el bote con 158 personas a bordo y proporcionaron asistencia médica y humanitaria.
Pero cuando las dos mujeres y el chico se negaron a subir al patrullero, los libios destruyeron la embarcación y los dejaron en los restos de la misma.
Camps dijo a Reuters TV: "Quiero denunciar... a los guardacostas libios que no supieron manejar una situación de emergencia llegando dos días y dos noches tarde y abandonando a dos mujeres y un niño en los restos de un barco que ellos mismos habían destruido".
Camps añadió que un barco mercante que navegaba por la zona tampoco había proporcionado ayuda a la patera.
En un ataque a los mandatarios italianos, añadió: "Es la consecuencia directa de no permitir que trabajen allí las ONG que rescatan vidas".
El ministro italiano de Interior, Matteo Salvini, que dirige el partido de ultraderecha Liga, encabeza una campaña para cerrar los puertos italianos a los barcos humanitarios. Argumenta que las operaciones de rescate cerca de la costa libia deben gestionarlas los guardacostas libios.
En una aparente respuesta a los comentarios de Camps, Salvini tuiteó: "Las mentiras y los insultos de alguna ONG extranjera confirman que tenemos razón: reducir las salidas y las llegadas significa reducir las muertes, y reducir las ganancias de los que especulan con la migración ilegal".
Roma ha desempeñado un papel central en formar a los guardacostas libios, que han sido acusados de abusos, incluidos disparos a trabajadores humanitarios que intentaban rescatar a migrantes.
La inmigración ilegal en el Mediterráneo ha caído drásticamente, con la llegada de unas 50.000 personas este año en comparación con un más de un millón en 2015. Con todo, cientos de personas han muerto tratando de cruzar a Europa desde Libia.
(Información adicional de Crispian Balmer en Roma e Isla Binnie en Madrid, escrito por Sonya Dowsett y Paul Day, traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)