Por Neil Jerome Morales y Simon Lewis
MARAWI, Filipinas (Reuters) - Fuerzas especiales de Estados Unidos se han unido a la batalla para aplastar a militantes islámicos atrincherados en una ciudad del sur de Filipinas, dijeron el sábado las autoridades, mientras las fuerzas del gobierno trataban de avanzar y 13 soldados murieron en los intensos combates urbanos.
El ejército de Filipinas dijo que Estados Unidos estaba proporcionando asistencia técnica para poner fin al asedio de la ciudad de Marawi - ya en su tercera semana - por combatientes aliados con el Estado islámico, pero no tenía tropas sobre el terreno.
"No están combatiendo, sino que están proporcionando apoyo técnico", dijo el portavoz militar teniente coronel Jo-Ar Herrera en una conferencia de prensa en la ciudad de Marawi.
La embajada de Estados Unidos confirmó que había ofrecido apoyo, a petición del gobierno de Filipinas, pero no dio detalles.
Un avión de vigilancia estadounidense P3 Orion fue visto volando por la ciudad el viernes, según medios de comunicación.
La cooperación entre los antiguos aliados es significativa porque el presidente Rodrigo Duterte, que llegó al poder hace un año, ha adoptado una postura hostil hacia Washington y ha prometido expulsar a los asesores militares estadounidenses de su país.
La toma de la ciudad de Marawi el 23 de mayo ha alarmado a las naciones asiáticas del sudeste que temen que Estado Islámico, que se enfrenta a reveses en Siria e Iraq, esté estableciendo un centro de poder en la isla filipina de Mindanao que podría amenazar a toda la región.
Cerca de 40 extranjeros han luchado junto a los militantes filipinos en la ciudad de Marawi, la mayoría de ellos de Indonesia y Malasia, aunque algunos vinieron de Oriente Próximo.
Las fuerzas armadas de Filipinas sufrieron el viernes su mayor pérdida en un día desde que 10 soldados murieran en un incidente de fuego colateral el 1 de junio. Herrera dijo que 13 soldados de la Armada murieron después de un intenso tiroteo durante el cual se encontraron con artefactos explosivos caseros y fueron atacados con granadas lanzadas por cohetes.
Las muertes elevaron a 58 el número de víctimas del ejército, que se suman a 20 civiles y más de un centenar de combatientes rebeldes también muertos en la lucha por Marawi.