MADRID (Reuters) - Estados Unidos está comprometido con una España "fuerte y unida" en la que Cataluña es un "asunto interno", dijo la embajada del país norteamericano en España, dando un revés al deseo de las autoridades catalanas de contar con apoyos internacionales para celebrar un referéndum de independencia en la región este año.
El comunicado de la delegación diplomática se sitúa en línea con la postura defendida en los últimos años por la Administración estadounidense, y llega días después de un viaje del presidente catalán, Carles Puigdemont, por el país norteamericano.
"España es un aliado vital, socio y amigo de Estados Unidos", señaló la nota, difundida el miércoles por la noche.
El texto dice que a ambos países les unen historia y valores comunes y que en la actualidad la colaboración se extiende a temas de seguridad, como la lucha contra el extremismo islámico, y la cooperación económica.
"Estamos profundamente comprometidos a mantener la relación con una España fuerte y unida", añadió la nota.
La respuesta diplomática se produce después de que Puigdemont se reuniera con el expresidente Jimmy Carter, que según diversos medios le comunicó que no se implicaría en el proceso que pretende consultar a los catalanes sobre su relación con España antes de septiembre de este año.
"Queremos reiterar que, como hemos comunicado en anteriores ocasiones, la posición del gobierno de Estados Unidos sobre Cataluña es que es un asunto interno de España", dice la nota de la embajada.
Puigdemont, que también se reunió esta semana con dos congresistas de Estados Unidos en Barcelona, ironizó el jueves en su cuenta de Twitter respecto a la nota de la embajada: "Poema visual diplomáticamente correcto: un asunto intern(acional)".
Los deseos soberanistas de la Generalitat, respaldados por un Parlamento de mayoría independentista, se han topado reiteradamente con la oposición del Gobierno español, que apela a la unidad de España para rechazar un referéndum que, según los sondeos, quieren celebrar una mayoría de catalanes.
Los deseos de independencia, que crecieron entre la población catalana durante los duros años de la crisis, se han ido erosionando en el último año, y según un sondeo oficial de la Generalitat los contrarios a la independencia serían hoy mayoría en Cataluña.